En el capítulo 5 tenemos el desarrollo del dominio del gobierno celestial sobre la tierra. El libro no abierto contiene el programa divino, pero está "sellado". Esto no significa que dicho libro no pueda ser leído, sino simplemente que no se ha hallado a nadie capaz de llevar a cabo el programa celestial.
El rollo y el Cordero
1 Vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.[a]
Un libro: es decir, un rollo, el equivalente de los libros en la antigüedad. El significado de este rollo se ha interpretado de diversas maneras: lo más probable es que se relaciona con el plan de intervención de Dios en la historia humana, según se va revelando en los capítulos que siguen a la apertura de los siete sellos.
El libro puede ser visto como el titulo de propiedad de la Tierra. Salmos 2:8.
2 Y vi un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?»
El sello es señal de finalidad y privacidad. También requiere autorización legal para ser roto. ¿Quién podría estar autorizado para abrir este libro?
3 Pero ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni siquiera mirarlo.
4 Y lloraba yo mucho, porque no se hallaba a nadie que fuera digno de abrir el libro, ni siquiera de mirarlo.
Hay algo verdaderamente humano en la referencia a las lágrimas de Juan. Su tristeza fue abrumadora al darse cuenta de la incapacidad total de la creación, aun para mirar el libro.
5 Entonces uno de los ancianos me dijo: «No llores, porque el León de la tribu de Judá,[b] la raíz de David,[c] ha vencido[d] para abrir el libro y desatar sus siete sellos».[e]
El León de la tribu de Judá: imagen tomada de Génesis 49:9-10, pasaje tradicionalmente entendido como alusión al Mesías. En la literatura judaica de la época, el león aparece como figura del Mesías, vencedor del mal.
La raíz de David: alusión a Isaías 11:1-10
Ha vencido: Ver Juan 16:33.Ver también Apocalipsis 3:21.
Solamente Jesucristo, el Cordero, puede abrir el libro, porque él es quien revela el sentido de la historia de la humanidad y la lleva a su pleno cumplimiento.
El libro estaba sellado con "siete sellos", que simbolizan el plan perfecto de Dios con relación al mundo. Cada porción estaba sellada individualmente y el séptimo sello sujetaba la parte exterior del rollo entero. Sin embargo, las lágrimas de Juan fueron enjugadas muy pronto, porque uno de los ancianos clamó diciendo: "¡No llores!" Con gozo ilimitado, Juan mira ahora a Aquél que puede y quiere abrir el libro.
6 Miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y en medio de los ancianos estaba en pie un Cordero[f] como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos,[g] los cuales son los siete espíritus[h] de Dios enviados por toda la tierra.
El cuerno es símbolo frecuente de fuerza y de poder. Daniel 7.7--8.25. Los siete cuernos representan la plenitud del poder de Cristo, el Cordero referente a Cristo Juan 1:29. De modo que Cristo es presentado aquí como vivo y resucitado. El león vence en forma de cordero inmolado. La soberanía está basada sobre el sacrificio. La corona viene desde la cruz. La centralidad de la figura de Cristo reaparece en la frase en medio.
En los siete cuernos y los siete ojos encontramos la sabiduría y el poder perfectos como atributos tanto del Cordero como del Espíritu Santo. Respecto a la imagen de los siete ojos, Zacarías 4.10. Los ojos de Jehová que recorre toda la tierra. Su sabiduría.
7 Él vino y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
Una escena dramática se realiza en el acto de tomar el libro de la mano de Dios. Cristo es descrito aquí como tomando el poder gubernamental profetizado en Daniel 7: 13-14. Como lo veremos muy pronto, la apertura de cada sello revela el cumplimiento de un propósito divino en Cristo y por medio de Él.
8 Cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.[i]
Después de que tomó el libro, hubo un acto de adoración de parte de los 24 ancianos, cada uno de ellos con un arpa de alabanza y con copas de oro llenas del incienso de la intercesión. La adoración de los ancianos está basada en la redención. Cristo fue el único que pudo morir, porque El mismo no necesitaba de un salvador; ahora estaba siendo enaltecido como Redentor.
En el Antiguo Testamento unas 43 veces se observa el uso del arpa, uno de los instrumentos más dulces que se conocen y siempre está conectado con el canto. Las arpas colgadas en los sauces eran demostración de que la cautividad anulaba el canto del pueblo Salmo 137:2. Las oraciones de los santos son mencionadas por Juan porque ellas contribuyen a la investidura de Cristo como Juez y Señor de todos.
Sobre el incienso podemos leer Salmos 141:2.
9 Y cantaban un cántico nuevo,[j] diciendo: y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido[k]para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación;
Este cántico nuevo se dirige a Cristo Redentor. A él se le rinde la misma adoración que a Dios Padre.
El canto de la redención es llamado nuevo porque nunca ha existido nada semejante. Todo el grupo de adoradores le rinden homenaje al Cordero y bendice su sagrado nombre.
10 nos has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes,[l] y reinaremos sobre la tierra».[m]
Los santos han de reinar en la tierra y sobre ella. El Cordero es el centro del místico y resplandeciente libro del Apocalipsis.
11 Miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Su número era millones de millones,[n]
12 y decían a gran voz: «El Cordero que fue inmolado[o] es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza».
13 A todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos,[p] oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos».
14 Los cuatro seres vivientes decían: «¡Amén!»[q] Y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
Aquí en este capítulo tenemos el plan divino para el juicio. Todos los juicios empiezan ahora con este himno universal. Se ha agotado la paciencia de Dios y el castigo de los sellos está a punto de empezar. La paciencia divina llega a su fin y la hora de Dios ha venido. Son terribles los sucesos que van a tomar lugar en breve. El capítulo concluye con el cántico nuevo y miríadas de ángeles se unen al reverente tributo de alabanza. La creación entera también se une en el acto de adoración al Cordero, siendo ésta la consumación de sus gemidos de angustia.
Footnotes:
- Apocalipsis 5:1 Cf. Ez 2.9--3.3; también Is 29.11; Zac 5.1-4. Un libro: es decir, un rollo, el equivalente de los libros en la antig@uedad. El significado de este rollo se ha interpretado de diversas maneras: lo más probable es que se relaciona con el plan de intervención de Dios en la historia humana, según se va revelando en los caps. que siguen a la apertura de los siete sellos.
- Apocalipsis 5:5 El León de la tribu de Judá: imagen tomada de Gn 49.9-10, pasaje tradicionalmente entendido como alusión al Mesías. En la literatura judaica de la época, el león aparece como figura del Mesías, vencedor del mal.
- Apocalipsis 5:5 La raíz de David: alusión a Is 11.1,10; cf. Ap 22.16.
- Apocalipsis 5:5 Ha vencido: Ap 3.21; cf. Jn 16.33.
- Apocalipsis 5:5 Solo Jesucristo, el Cordero, puede abrir el libro, porque él es quien revela el sentido de la historia de la humanidad y la lleva a su pleno cumplimiento.
- Apocalipsis 5:6 Cordero: Cf. Is 53.7,10-12, y véase Jn 1.29 n. En Apocalipsis no es raro que se combinen diversos símbolos, incluso algunos opuestos entre sí (león-cordero). El Cordero sacrificado permanece en pie como símbolo del Cristo que ha salido victorioso mediante su sufrimiento y su muerte. Cf. Lc 24.26; Hch 8.32-35; 1 P 1.18-19.
- Apocalipsis 5:6 El cuerno es símbolo frecuente de fuerza y de poder (Dn 7.7--8.25; Ap 17.3,7). Los siete cuernos representan la plenitud del poder de Cristo, el Cordero (cf. Mt 28.18; 1 Co 1.24). Respecto a la imagen de los siete ojos, cf. Zac 4.10.
- Apocalipsis 5:6 Los siete espíritus simbolizan la plenitud del Espíritu de Dios (véase Ap 1.4 nota k; cf. 4.5; también Is 11.2).
- Apocalipsis 5:8 Ap 8.3-4; cf. Sal 141.2, y también Lc 1.10.
- Apocalipsis 5:9 Sal 33.3; 98.1; Is 42.10. Mientras que en Ap 4.11 se trata de un canto a Dios Padre como Creador, aquí este cántico nuevo se dirige a Cristo Redentor. A él se le rinde la misma adoración que a Dios Padre (véase Ap 5.13).
- Apocalipsis 5:9 Redimido: o comprado; véanse Ro 3.24 nota s y 1 P 1.18 nota w.
- Apocalipsis 5:10 Ap 1.5-6; 20.6; cf. Ex 19.6; Is 61.6.
- Apocalipsis 5:10 Ap 20.6; 22.5.
- Apocalipsis 5:11 Cf. Dn 7.10.
- Apocalipsis 5:12 El Cordero que fue inmolado: Véase Jn 1.29 n.; cf. 1 Co 5.7.
- Apocalipsis 5:13 Toda la creación se une al cántico de alabanza; cf. Flp 2.10-11; Col 1.20; cf. también Ro 8.20-21.
- Apocalipsis 5:14 Amén: Véase Ap 1.6 nota p.
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