Todo tiene su
tiempo
Vivimos en un mundo
siempre cambiante. Los sucesos de cada día, así como las condiciones de la vida
humana, difieren grandemente y estamos constantemente pasando y volviendo a
pasar de un estado a otro. Estamos en la rueda de la naturaleza o curso
de la existencia humana del qué habla Santiago
3:6
Y
la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros
miembros, y contamina todo el cuerpo e inflama la rueda de la creación, y ella
misma es inflamada por el infierno.
En nuestra vida hallamos
toda clase de altibajos de los que está llena la ambigüedad de la existencia
humana; para soportarlos bien, es preciso armarse de constancia de ánimo, paz de conciencia y humilde
dependencia de la providencia de Dios.
Tenemos aquí el capítulo de Eclesiastés 3:
1Todo
tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:
2 Tiempo de nacer
y tiempo de morir,
tiempo de plantar
y tiempo de arrancar lo plantado,
3 tiempo de matar
y tiempo de curar,
tiempo de destruir
y tiempo de edificar,
4 tiempo de llorar
y tiempo de reír,
tiempo de hacer duelo
y tiempo de bailar,
5 tiempo de esparcir piedras
y tiempo de juntarlas,
tiempo de abrazar
y tiempo de abstenerse de abrazar,
6 tiempo de buscar
y tiempo de perder,
tiempo de guardar
y tiempo de tirar,
7 tiempo de rasgar
y tiempo de coser,
tiempo de callar
y tiempo de hablar,
8 tiempo de amar
y tiempo de aborrecer,
tiempo de guerra,
y tiempo de paz.
y tiempo de morir,
tiempo de plantar
y tiempo de arrancar lo plantado,
3 tiempo de matar
y tiempo de curar,
tiempo de destruir
y tiempo de edificar,
4 tiempo de llorar
y tiempo de reír,
tiempo de hacer duelo
y tiempo de bailar,
5 tiempo de esparcir piedras
y tiempo de juntarlas,
tiempo de abrazar
y tiempo de abstenerse de abrazar,
6 tiempo de buscar
y tiempo de perder,
tiempo de guardar
y tiempo de tirar,
7 tiempo de rasgar
y tiempo de coser,
tiempo de callar
y tiempo de hablar,
8 tiempo de amar
y tiempo de aborrecer,
tiempo de guerra,
y tiempo de paz.
9 ¿Qué provecho
obtiene el que trabaja de aquello en que se afana? 10 He visto
el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en
él. 11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad
en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por
Dios desde el principio hasta el fin.
12 Sé que no hay
para el hombre cosa mejor que alegrarse y hacer bien en su vida, 13 y
también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce de los
beneficios de toda su labor. 14 Sé que todo lo que Dios hace es
perpetuo:
Nada hay que añadir ni nada que quitar.
Dios lo hace para que los hombres teman delante de él.
15 Lo que antes fue, ya es,
y lo que ha de ser, fue ya;
y Dios restaura lo pasado.
Dios lo hace para que los hombres teman delante de él.
15 Lo que antes fue, ya es,
y lo que ha de ser, fue ya;
y Dios restaura lo pasado.
Injusticias
de la vida
16 Vi más cosas
debajo del sol:
en lugar del juicio, la maldad;
y en lugar de la justicia, la iniquidad.
en lugar del juicio, la maldad;
y en lugar de la justicia, la iniquidad.
17 Y dije en mi
corazón: «Al justo y al malvado juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para
todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.»
18 Dije también en
mi corazón: «Esto es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios
los pruebe, y vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.» 19 Pues
lo mismo les sucede a los hijos de los hombres que a las bestias: como mueren
las unas, así mueren los otros, y todos tienen un mismo aliento de vida. No es
más el hombre que la bestia, porque todo es vanidad.
20 Todo va a un
mismo lugar;
todo fue hecho del polvo,
y todo al polvo volverá.
todo fue hecho del polvo,
y todo al polvo volverá.
21 ¿Quién sabe si el
espíritu de los hijos de los hombres sube a lo alto, y el espíritu del animal
baja a lo hondo de la tierra?
22 Así, pues, he
visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque
ésa es su recompensa; porque, ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de venir
después de él?
Por el necesario cambio de los tiempos, la vanidad se agrega al trabajo
humano. Hallamos toda clase de altibajos de los que está llena la ambigüedad de
la existencia humana; para soportarlos bien, es preciso armarse de ecuanimidad,
paz de conciencia y humilde dependencia de la providencia de Dios.
Entremos al estudio:
1Todo tiene su tiempo, y todo lo
que se quiere debajo del cielo tiene su hora:
Una verdad de tipo
general: «Todo tiene su tiempo». Aun las cosas y actividades que parecen
ser contradictorias pueden, cambiando las circunstancias, ser oportunas, es
decir, hallar su conveniencia de tiempo y lugar. Algunos de estos cambios se
deben únicamente a la mano de Dios; otros dependen de la voluntad del hombre.
En el cielo hay movimiento sin cambio, pero bajo el sol todo cambia. Salomón
comienza por los dos sucesos entre los que discurre, la vida del hombre sobre
la tierra: Nacer y morir, como ocurre en el mundo de la
naturaleza: sembrar y segar.
2 Tiempo de nacer y
tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado,
3 tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de destruir y tiempo de edificar,
4 tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar,
5 tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntarlas, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar,
6 tiempo de buscar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de tirar,
7 tiempo de rasgar y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar,
8 tiempo de amar y tiempo de aborrecer, tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Todo tiene su lugar en el misterioso ciclo de la
naturaleza y de la vida humana.
La lista de comparaciones presenta ejemplos
específicos de la verdad declarada de que todo tiene su tiempo.
Es muy significativo que Salomón use entre los versículos
2 y 8 siete contrastes bien claros. Estos contrastes presentan de una manera
muy simple que es lo que se inicia en el quehacer humano y lo que se termina. El
hombre vivirá su vida día a día, por la mano de Dios, que ha establecido un
tiempo para cada cosa en cada cual debemos de realizarnos.
Debemos de reconocer que el hombre es responsable para
discernir el tiempo apropiado para realizar sus ocupaciones en este mundo.
9 ¿Qué provecho
obtiene el que trabaja de aquello en que se afana?
No hay valor duradero a los esfuerzos del hombre
cuando no hay reconocimiento de que todo es don de Dios,
10 He visto el
trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
Claramente establece que Dios ha dado estas
ocupaciones para que el hombre tenga algo que hacer. Este trabajo tiene la característica
de ser doloroso, pero desde la perspectiva de Dios es lo apropiado.
11 Todo lo hizo
hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que
este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el
fin.
Los seres humanos somos necios y no entendemos a Dios,
es por esto que no podemos comprender lo hermoso del orden creativo y de los
ciclos de Dios para nosotros. Esta es la razón del porque Dios nos ofrece la sabiduría,
leamos Santiago
1:5-6
Si alguno de vosotros
tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y
sin reproche, y le será dada. 6 Pero pida con fe, no
dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es
arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
El hombre puede gozar de la vida, aunque no pueda
comprender como es que la vida concuerda con el plan fundamental de Dios.
La palabra “eternidad” en el versículo anterior
significa el tiempo más allá de
la vida física. Esta cualidad divina está dentro del hombre, pero no se
puede comprender, a menos que se reconozca la existencia de un orden divino. Esta
eternidad en el ser humano refleja su creación única a imagen de Dios.
Este componente divino también permite que el hombre
conozca y tema a Dios, ya que por eso fue creado, para tener una relación
especial con su Creador, con su espíritu de comunicación y así gozar de una eterna
relación.
12 Sé
que no hay para el hombre cosa mejor que alegrarse y hacer bien en su vida,
Cuando Salomón se convirtió en rey tuvo una visión de Dios en la que él
le preguntaba qué era lo que su corazón deseaba más que ninguna otra cosa.
Salomón pidió que le fuera concedida sabiduría y por haber pedido eso en lugar
de pedir riquezas o fama, leamos 1 Reyes 3:5-12;
En Gabaón se le apareció en sueños Jehová a Salomón
una noche. Y le dijo Dios:
—Pide lo que quieras que yo te dé.
6 Salomón le respondió:
—Tú has tenido gran misericordia con tu siervo
David, mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia y
rectitud de corazón para contigo. Tú le has reservado esta tu gran
misericordia, al darle un hijo que se sentara en su trono, como sucede en este
día. 7 Ahora
pues, Jehová, Dios mío, tú me has hecho rey a mí, tu siervo, en lugar de David,
mi padre. Yo soy joven y no sé cómo entrar ni salir. 8 Tu siervo está en medio
de tu pueblo, el que tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar por
su multitud incalculable. 9 Concede,
pues, a tu siervo un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo y discernir
entre lo bueno y lo malo, pues ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan
grande?
10 Al Señor le agradó que Salomón pidiera esto. 11 Y le dijo Dios:
—Porque has demandado esto, y no pediste para ti
muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos,
sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 12 voy a obrar conforme a
tus palabras: Te he dado un corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido
antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.
En
el capítulo 2 versículo 24 que estudiamos anteriormente, se explica que el
trabajo es bueno y es necesario, además se tiene el derecho de gozar del fruto
del trabajo justo. Pero el verdadero gozo se halla en el reconocer que todo es
dado por Dios y por lo tanto ser agradecidos.
13 y
también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce de los
beneficios de toda su labor.
Es la voluntad de Dios, no del hombre, pues solo Dios
puede dar todo a la humanidad. Todo ha sido creado por Dios y lo pone al
servicio del hombre, es algo que nosotros no podemos alcanzar, pues solo aquel
que tiene lo da y ese es Dios. El gozar de todo lo que tenemos al alcance se
disfruta más cuando lo hacemos con gozo y agradecimiento a Dios, cuando
reconocemos nuestra dependencia a su misericordia. Los elementos básicos de una
vida feliz es disfrutar de lo que Dios nos da.
14 Sé
que todo lo que Dios hace es perpetuo: Nada hay que añadir ni nada que quitar. Dios
lo hace para que los hombres teman delante de él.
Una diferencia muy grande entre las obras de Dios y
las del hombre. Las obras del hombre terminan con su muerte, las obras de Dios
son perpetuas. Los planes de Dios para la vida del hombre son completos, nada
para ponerle o quitarle, Deuteronomio 12:32;
»Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de
ello quitarás.
La frase “los hombres
teman” quiere decir que todo es obra de una mente superior y perfecta. Todo es para beneficio de la humanidad. Sus leyes son para el bienestar del hombre delante de Dios. El conocimiento debe de hacer que los
hombres glorifiquen a Dios por lo que es y que confíen en Él por lo que ha hecho por todos nosotros. Un
corazón justo y bueno, no persigue placeres egoístas.
15 Lo
que antes fue, ya es, y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo pasado.
Dios hace uso de los eventos pasados, de aquellos que
han sido olvidados por el hombre para evaluarlos y usarlos en un juicio justo.
Esta es parte de la sabiduría de Dios, de cuidar y supervisar toda actividad
del hombre.
Injusticias
de la vida
16 Vi más cosas
debajo del sol: en lugar del juicio, la maldad; y en lugar de la justicia, la
iniquidad.
Los problemas que tiene el hombre injusto son por no obedecer
los mandamientos de Dios. Debido a la falta de sabiduría de Dios, el hombre no
comprende la manera correcta de hacer lo justo. En el lugar en donde debe de
morar la justicia en el trato humano, encontramos la injusticia y todo esto por
no prestar atención a la sabiduría de lo alto. El necio juzga según sus
conceptos humanos y ellos muchas veces van en contra de otras personas; el
juicio de Dios es justo, pues tiene toda la sabiduría y sabe lo que le
corresponde a cada uno.
17 Y dije en mi
corazón: «Al justo y al malvado juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para
todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.»
En muchos casos el hombre no puede hacer nada en
contra de la misma injusticia humana. En cambio Salomón deposita su confianza
en el hecho de que Dios hará un juicio justo. Dios juzgará todo a su tiempo
debido, aunque el hombre crea que Dios no es justo. Nadie escapará de este
juicio, por más ocultas que hayan sido las maldades humanas.
18 Dije también en
mi corazón: «Esto es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios
los pruebe, y vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.»
Los seres humanos al morir demostramos que somos parte
de la creación y toda creación tiene que afrontar sus limitaciones, una de
ellas la muerte. Así como llega a la muerte las bestias, el hombre de igual
manera llega al mismo fin. En esto todos somos semejantes, toda vida sobre la
tierra llega a un final.
19 Pues
lo mismo les sucede a los hijos de los hombres que a las bestias: como mueren
las unas, así mueren los otros, y todos tienen un mismo aliento de vida. No es
más el hombre que la bestia, porque todo es vanidad.
Salomón pone a todos en el mismo nivel, ni el hombre
es más, ni la bestia es menos, todos tienen algo en común: la muerte. El hombre
sabio no es en nada diferente al hombre necio, todos llegan a morir. Esta es
una verdad indiscutible, no podemos aferrarnos a algo que no podemos controlar,
la muerte es una etapa necesaria de la vida.
El hombre hace grandes esfuerzos para controlar el
tiempo, para evitar que este afecte la vida humana, pero eso no está bajo
nuestra potestad, por lo tanto debemos de aceptarlo y prepararnos para el
momento final.
Aunque todos tenemos en común la muerte, hay algo que
nos hace mucho muy diferentes de los animales y del resto de la creación.
El hombre posee una parte divina dentro de sí, un
espíritu que Dios puso para hacerlo a su imagen, y que por este mismo espíritu
Dios pedirá cuentas.
20 Todo va a un
mismo lugar; todo fue hecho del polvo, y todo al polvo volverá.
Aquí aparece el refrán popular de ‘polvo eres y en polvo te convertirás’. En la parte física no
tenemos ventaja al resto de la creación, todos somos reducidos al polvo, y así
como el animal no se lleva nada al morir, el hombre tampoco puede llevarse algo.
Esta verdad debemos de recordarla siempre, pues todos llegaremos a ese estado, Génesis 3:19,
Con el sudor de tu rostro comerás el
pan,
hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres
y al polvo volverás.
hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres
y al polvo volverás.
Lo realmente importante es ¿Cuál es la preparación que
llevamos antes de llegar a la muerte?, con esto en mente nuestro cuidado será
mayor en buscar la sabiduría Divina que en ocuparnos en otra cosa que nos lleve
a una muerte espiritual.
21 ¿Quién sabe si el
espíritu de los hijos de los hombres sube a lo alto, y el espíritu del animal
baja a lo hondo de la tierra?
Salomón presenta la vida del hombre y del animal con
muy pocas diferencias. Pero en realidad el alma humana difiere de la del animal
en que Dios ha puesto la eternidad en ella.
22 Así, pues, he
visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque
ésa es su recompensa; porque, ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de venir
después de él?
La
conclusión que deduce Salomón como ya lo había hecho en los versículos 12 y 13,
relacionados al fruto de nuestro trabajo, es que hemos de procurar sacarle a la
vida honestamente nuestra porción
y, con el temor de Dios, mantener limpia la conciencia, pues nadie en esta vida
(debajo del sol) puede hacemos vislumbrar lo que nos espera en la otra.
Sin el temor de Dios, tampoco el poder ni la vida misma sirven para nada
útil. Sin el temor de Dios, la razón natural que los hombres poseen les da poca
ventaja sobre los brutos animales. Pero no culpen a Dios diciendo que ha hecho
de este mundo la prisión del hombre, y de esta vida un castigo, pues Dios hizo
al hombre un poco inferior a los ángeles Salmo 8:5;
Lo has hecho
poco menor que los ángeles
y lo coronaste de gloria y de honra.
y lo coronaste de gloria y de honra.
Y si es vil y miserable, es únicamente culpa suya. No es fácil convencer
a los orgullosos de que no son sino hombres Salmo 9:20, pero es más difícil todavía convencerles de
que, sin el temor de Dios, son como bestias Salmo 49:12. La muerte se lleva al hombre lo mismo que
al animal; ambos retornan al polvo del que salieron.
CONCLUSIÓN
Una verdad es cierta; que el hombre tiene que trabajar
para poder vivir y suplir todas sus necesidades. Pero lo mejor de todo es que
disfrutemos con justicia del fruto de nuestro trabajo. Después de la muerte ya
no hay control del hombre sobre sus bienes. Después sus posesiones cambian de
dueño y todo su poder y autoridad se pierden con la muerte. Después de la
muerte no conocemos nada y no gobernamos nada.
PASTOR ARMANDO GARCIA ULCM
Lo invitamos a que escuche en vivo el estudio de este libro los
jueves a las 7:00 pm en nuestra iglesia de Alpha y Omega en la ciudad de Querétaro.
Informes 442-497-1360.
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