Vale la pena mencionar que el libro de los Salmos ha sido el canto
universal de la Iglesia. Las personas de todas las naciones han encontrado en
sus composiciones, alabanzas y cantos un lenguaje que se acomoda a todos los sentimientos,
expresiones de gozo y de profundas tristezas y los deseos interminables del
corazón hacia Dios.
En este Salmo, David se queja con Dios de sus
enemigos y busca desesperadamente la ayuda del Padre Celestial. El énfasis de este salmo es la importancia de confiar en
Dios, en medio de las dificultades de la vida.
Salmo de David, cuando huía de delante de su hijo Absalón.
1¡Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!
Muchos son los que se levantan contra mí;
2 muchos son los que dicen de mí:
«No hay para él salvación en Dios.» Selah
Muchos son los que se levantan contra mí;
2 muchos son los que dicen de mí:
«No hay para él salvación en Dios.» Selah
3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé a Jehová
y él me respondió desde su monte santo. Selah
mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé a Jehová
y él me respondió desde su monte santo. Selah
5 Yo me acosté y dormí,
y desperté, porque Jehová me sustentaba.
6 No temeré ni a una gran multitud
que ponga sitio contra mí.
y desperté, porque Jehová me sustentaba.
6 No temeré ni a una gran multitud
que ponga sitio contra mí.
7 ¡Levántate, Jehová! ¡Sálvame, Dios mío!
Tú heriste en la mejilla a todos mis enemigos;
los dientes de los perversos rompiste.
Tú heriste en la mejilla a todos mis enemigos;
los dientes de los perversos rompiste.
8 La salvación es de Jehová.
¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! Selah
¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! Selah
Oración matutina de confianza en Dios
Luego de un salmo complejo y teológico
(Salmo 2), viene uno mucho más sencillo y práctico. El contexto de este salmo, es el momento en
el que David tuvo que huir de Jerusalén, para salvar su vida, cuando su propio
hijo, Absalón, se sublevó. Por ser una historia
larga puede consultar los detalles históricos en 2 Samuel Capítulos 15 al 18.
Es importante decir que la sublevación de
Absalón fue parte de la disciplina de Dios hacia David. En
el Salmo 1, vimos la prosperidad que Dios promete al creyente que vive en
obediencia a Él. En este salmo, vemos
las consecuencias tristes, para el creyente que deja de andar en los caminos de
Dios, y se olvida de Sus mandamientos.
Sin embargo, en medio del sufrimiento, el Salmista pone su confianza en
Dios. Esto nos enseña que aun cuando
estamos siendo disciplinados por Dios, o sufriendo las consecuencias de nuestro
propio pecado, debemos seguir confiando en Su poder y misericordia.
Estudiemos versículo por versículo.
1¡Jehová, cuánto se han
multiplicado mis adversarios!
Muchos son los que se levantan contra mí;
Muchos son los que se levantan contra mí;
David comienza el salmo describiendo a sus
adversarios – el número de ellos, lo que estaban haciendo, y lo que estaban
diciendo. La palabra, “adversarios”, en el idioma original,
significa ‘el que aprieta’, ‘el que causa dolor’. David indica que estos adversarios se habían
“multiplicado”. La forma en que David lo describe, expresa
sorpresa: “¡cuánto se han multiplicado
mis adversarios!”. No podía
creerlo.
Al salir de Jerusalén, David huyó con 600
soldados pero los enemigos de David contaban con al menos 12,000 Como el
mensajero en 2 de Samuel 15:13 lo expresó, “El
corazón de todo Israel se va tras Absalón”.
¿Cómo explicar esto? ¿Cómo era posible que un hombre ‘conforme al
corazón de Dios’ haya perdido el apoyo de toda su gente? La verdadera razón fue la mano disciplinaria
de Dios.
Lo más triste para David fue que estos
adversarios estaban siendo liderados por su propio hijo, Absalón. ¿Qué pudo motivar a un hijo a rebelarse
contra su propio padre? David lo amaba, lea
usted el clamor o llorando de David hacia su hijo en 2 Samuel 18:33.
¿Qué querían estos adversarios? David dice, pues quitarle el trono, para que
ya no reinase sobre ellos. La actitud de
su pueblo fue similar a la de los reyes paganos Samos 2:1-3 estudiados la vez
anterior. Toda clase de gente se
levantó contra David. Viejos enemigos
aprovecharon esta oportunidad, uniéndose a Absalón, para hacerle daño a
David. Mucha gente, que por sí sola no
hubiera tenido las agallas para levantarse contra el rey, usó ese momento para
atacar a David. Seguramente en esta etapa,
David reflexionó mucho sobre su vida
pasada – su liderazgo y comportamiento.
La disciplina de Dios siempre es para bien, para enseñarnos muchas
cosas.
2 muchos son los que dicen de
mí:
«No hay para él salvación en Dios.» Selah
«No hay para él salvación en Dios.» Selah
David era consciente de la gran dificultad
en la que se hallaba. Muchas personas
le aseguraban que no tenía esperanza. Estas palabras probablemente significan
simplemente, ‘ni Dios puede ayudarle en
esta situación’. Tal comentario
podría haber hecho sentir a David que no debía esperar que Dios le ayudara,
debido a que la sublevación de Absalón se debió a la disciplina de Dios.
En tiempos de sufrimiento, parte de la
estrategia de Satanás es hacernos sentir que no hay esperanza de que Dios nos
ayude. Aprendamos a hacer caso omiso
dichos pensamientos.
La palabra hebrea Selah es una pausa musical entre los versículos. San Agustín, uno de los grandes teólogos de la
humanidad, dio como traducción la palabra Selah por diapsalma, dice: “Diapsalma interpositum in canendo silentium
significat”. El diapsalma interpuesto en el canto denota silencio.
Hay varias
interpretaciones de esa expresión que en algunos salmos la menciona. El Selah, que podríamos llamar la
sagrada pausa del Salmista, al presentarse después de una verdad importante o
de un pensamiento nuevo, no requiere nada más: la lengua calla; tal vez el arpa
o el salterio sigue repitiendo en melodiosa cadencia la última frase del
cantor, mientras nuestros corazones, asintiendo interiormente a la verdad
divina, comprenden que aquel Selah es nuestro amen.
3 Mas tú, Jehová, eres escudo
alrededor de mí;
mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé a Jehová
y él me respondió desde su monte santo. Selah
y él me respondió desde su monte santo. Selah
¿Cómo pudo David confiar tanto en Dios, en
una crisis como esta? Veamos DOS
razones principales. Miró a Dios.
¡Esto es fundamental! Cuando Pedro salió de la barca, y comenzó a
caminar sobre las aguas, el momento en que dejó de mirar a Jesús, comenzó a
hundirse. En el ámbito espiritual pasará lo mismo con nosotros.
Felizmente, David hizo lo que Lucas el autor de Hebreos nos exhorta a
hacer: “puestos los ojos en Jesús”.
Rodeado de tantos problemas, y tantos
enemigos, David decidió fijar su mirada en y al hacerlo, se acordó de varias
cosas: Dios era su escudo.
El escudo era una pieza importante en la
defensa de un soldado. En los tiempos
antiguos, a veces el escudo era grande, y brindaba protección total para el
cuerpo del soldado.
Dios era su gloria. Humanamente hablando, David estaba en una situación
tremendamente vergonzosa; había perdido toda la ‘gloria’ de ser rey. Estaba siendo perseguido por su propio hijo,
y era rechazado por muchos en Israel.
Sin embargo, en ese momento reconoció que su verdadera ‘gloria’ estaba
en Dios.
Dios era el que ‘levantaba su cabeza’. Cuando somos deshonrados o
avergonzados, agachamos la cabeza; pero cuando somos honrados, levantamos la
frente. David confiaba que Dios iba a
ser “el que levanta mi cabeza”. La Versión Popular traduce, “eres quien me
reanima”.
Sintió
la Presencia de Dios
Dios estaba con David. Él lo sabía y lo sentía, porque comenzó a
mirar a Dios, y a recordar Sus atributos.
Claramente, David estaba disfrutando de la
presencia de Dios en su vida, en medio de las dificultades. ¡Esta es la clave para poder responder bien
frente a las adversidades de la vida!
5 Yo me acosté y dormí,
y desperté, porque Jehová me sustentaba.
y desperté, porque Jehová me sustentaba.
6 No temeré ni a una gran
multitud
que ponga sitio contra mí.
que ponga sitio contra mí.
La confianza en Dios ayudó a David a
enfrentar una situación muy difícil.
Notemos los cuatro verbos que utiliza.
“me acosté”. Toda persona cansada desea acostarse. Sin embargo, no es tan fácil acostarse cuando
uno está rodeado de enemigos. Lo normal
es quedarse de pie, ante la eventualidad de cualquier ataque nocturno. Sin embargo, tal fue la fe de David en este
momento, que pudo acostarse y descansar.
“dormí”. David no solo se acostó, sino que logró
conciliar el sueño. Esto es también
sorprendente, dado el contexto. Una cosa es acostarse; otra es poder
dormir. El hecho que David pudo dormir,
en esta situación, indica una fe tan grande, que le dio suficiente tranquilidad
mental, propicia para el sueño.
“desperté”. El verbo ‘despertar’ señala la protección
de Dios. David gozó del cuidado de Dios
durante toda la noche. Fue ese cuidado que lo mantuvo vivo frente a las
amenazas de Absalón y que le permitió abrir sus ojos en la mañana.
“No
temer”. Aunque sus enemigos eran
formidables y la situación aún no se había resuelto, David se sentía
tremendamente tranquilo. David sabía que
el secreto de la victoria no estaba en números, sino en UNO que es el
todopoderoso Dios. Para el Omnipotente, pelear contra uno o
pelear contra 10,000 es igual; no hay mayor desgaste para Él. Por eso, nunca debemos mirar solo lo que se
ve, sino en la realidad espiritual y eterna – el Apóstol Pablo dijo en Romanos 8:31:
¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Con esa confianza, David decide orar al
Señor. Sabía que la rebelión de Absalón
era parte de la disciplina de Dios; sin embargo, rehusó a desanimarse, y siguió
confiando en Dios. Confió que a pesar de
la disciplina, Dios tenía un propósito para su vida, y por ende clamó a Dios, y
pidió que lo ayudara.
7 ¡Levántate, Jehová! ¡Sálvame, Dios mío!
Tú heriste en la mejilla a todos mis enemigos;
los dientes de los perversos rompiste.
Tú heriste en la mejilla a todos mis enemigos;
los dientes de los perversos rompiste.
8 La salvación es de Jehová.
¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! Selah
¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! Selah
¿Qué fue lo que David pidió a Dios? Notemos las tres frases principales:
“Levántate, Jehová” David
pide a Dios que se levante; que se levante para actuar a su favor. Al orar de esta manera, David da a entender
que hasta este momento Dios no se había levantado; no había hecho nada por
ayudarle. Por eso, sabiendo que un
momento decisivo había llegado, la fe de David lo llevó a pedir la intervención
directa y evidente de Dios.
“sálvame, Dios mío”
A pesar de la protección divina durante la noche (v.5), David era consciente de
aun estar en peligro. Por eso pide la
salvación de Dios; una ‘salvación’ física.
“Sobre tu pueblo sea tu bendición” Como un
buen rey, David termina el salmo, no con un pedido personal, sino deseando la
bendición de Dios sobre todo el pueblo de Israel. David pide ser protegido, pero no solo para
su bien, sino para el bien del pueblo de Dios.
Conclusión
David concluye con una tremenda afirmación,
que encierra el sentir de todo el salmo: “La
salvación es de Jehová” Los hombres
pueden amenazar y amedrentar, pero es Dios quien tendrá la victoria, y todos
aquellos que confíen en Él. Leamos Proverbios 21:31.
El caballo se apareja para el día de la
batalla, pero Jehová es
quien da la victoria.
David era consciente de la disciplina de
Dios y no apela a su justicia sino a la
justicia de Dios. Dios es un
Dios que castiga a los “perversos” Dado
a que Absalón estaba actuando ahora como un ‘perverso’, sublevándose contra su
propio padre, David pide la intervención de Dios.
David apela al hecho que en tiempos
anteriores Dios lo había salvado por eso, apela también a la fidelidad de Dios. En su momento de
necesidad, David se acuerda que Dios le ayudó anteriormente contra Goliat y
otros. Con el fin de colocarlo sobre el trono de Israel, Dios había derrotado a
todos los enemigos de David. Dios debía
hacerlo otra vez ahora, para mantener a Su siervo como rey de Israel.
Pastor
Armando García ULCM
Asista a los estudios del Libro de Salmos
cada viernes a las 7:00 pm durante nuestra noche de oración y alabanza de
nuestra iglesia Alpha & Omega en la ciudad de Querétaro, México. Para más
información hable al 442-497-1360.