Estudio preparado por el Ministerio Alpha & Omega de la Universal Life Church a cargo del Pastor Armando García ULCM
Estamos entrando a uno de los capítulos de Efesios donde se habla de la
relación matrimonial y las responsabilidades de los esposos a sus esposas y
viceversa.
La escritura es clara y
por ello leamos todo el capítulo
1Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, 2 y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y
se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.
3 Entre ustedes ni
siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o
de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios. 4 Tampoco
debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo
lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias. 5 Porque
pueden estar seguros de que nadie que sea avaro (es decir, idólatra), inmoral o
impuro tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Que nadie los engañe con
argumentaciones vanas, porque por esto viene el castigo de Dios sobre los que
viven en la desobediencia. 7 Así
que no se hagan cómplices de ellos.
8 Porque ustedes
antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz 9 (el
fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad) 10 y
comprueben lo que agrada al Señor. 11 No
tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien
denúncienlas, 12 porque da
vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto. 13 Pero
todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible, 14 porque
la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice:
«Despiértate,
tú que duermes,
levántate de entre los muertos,
y te alumbrará Cristo».
levántate de entre los muertos,
y te alumbrará Cristo».
15 Así que tengan
cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, 16 aprovechando
al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. 17 Por
tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor. 18 No
se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del
Espíritu.19 Anímense unos a otros con salmos, himnos y
canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón, 20 dando
siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.
Deberes
conyugales
21 Sométanse
unos a otros, por reverencia a Cristo. 22 Esposas,
sométanse a sus propios esposos como al Señor. 23 Porque
el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la
iglesia, la cual es su cuerpo. 24 Así
como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus
esposos en todo.
25 Esposos, amen a
sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella 26 para
hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, 27 para
presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni
ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. 28 Así
mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su
esposa se ama a sí mismo, 29 pues
nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida,
así como Cristo hace con la iglesia, 30 porque
somos miembros de su cuerpo. 31 «Por
eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos
llegarán a ser un solo cuerpo».32 Esto
es un misterio profundo; yo me refiero a Cristo y a la iglesia. 33 En
todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que
la esposa respete a su esposo.
Análisis
El
capítulo 5 sigue con las exhortaciones prácticas iniciadas en el capítulo 4:17
acerca de la nueva vida en Cristo. 5:1,2 nos exhorta a tener el amor genuino
como el de Dios y Cristo. Los versículos 3-17 nos exhortan a dejar las
prácticas de las tinieblas. En contraste, debemos alabar a Dios, siendo
"llenos del Espíritu", y expresarlo cantando alabanzas.
Las mujeres deben estar sujetas a sus maridos,
como la iglesia está sujeta a Cristo, versículos 21-24; y los maridos deben
amar a sus esposas como Cristo ama a la iglesia, versículos 25-31. La unión
entre Cristo y su iglesia (su esposa) ilustrada por la unión del marido con su
esposa, versículos 32,33.
5:1
-- "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados". La palabra,
"pues", conecta esta exhortación con lo que Pablo dijo en el capítulo
4:17-32.
No somos "hijos amados" de Dios si no somos imitadores de Dios. La
palabra "hijos" se emplea muchas veces en el Nuevo Testamento para
dar énfasis a alguna cualidad de carácter ("hijos de
luz", "hijos de paz", "hijo de consolación",
"hijos de trueno", etc.), y para denotar la imitación. Jesús dijo
que los judíos no eran hijos de Abraham, porque no hacían las obras de Abraham
(Juan 8:39). Al contrario, dijo que su padre era Satanás (versículo 44),
porque hacían las obras de él (lo imitaban).
Por lo tanto, los que no practican la justicia, y que no aman a sus hermanos
no son hijos de Dios (1 Juan. 3:10).
"Nosotros le amamos a él, porque nos amó primero" (1 Juan 4:19). Los
hijos deben ser como sus padres. Deben imitarlos en lo bueno.
5:2
-- "Y andad en amor, como también Cristo nos amó". El amor debe
ser el motivo principal de la vida. Dios es amor (1 Juan 4:8). El cristiano
debe andar en el amor que se demostró en el Calvario, el amor que sacrifica
todo. El amor es la base de toda nuestra conducta, y de nuestro servicio a
Dios. "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti
mismo" (Lucas 10:27).
--
"y se entregó a sí mismo", la expresión suprema del amor.
"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus
amigos" (Juan. 15:13).
--
"por nosotros". Murió en nuestro lugar. Es nuestro substituto.
"Todos nosotros descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:6).
"Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero"
(1 Pedro. 2:24); "para dar su vida en rescate por muchos" (Mateo
20:28). Este es el mensaje del evangelio, las buenas nuevas del cielo.
Las palabras "por nosotros" no significan meramente que
Cristo nos hizo un favor, sino que El murió en nuestro lugar. El recibió
la plena fuerza, todo el golpe terrible de la ira de Dios contra el pecado, El
en lugar de nosotros. Lo merecimos nosotros, pero Él lo sufrió, "el justo
por los injustos, para llevarnos a Dios" (1 Pedro 3:18).
--
"ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante". Dios se agradó
del sacrificio de Cristo por nosotros. Fue aceptado para expiar nuestros
pecados. Cristo es la propiciación por nuestros pecados, y por los de todo el
mundo (1 Juan 2:2). La palabra "propiciación" significa
"cubierta", como el propiciatorio, la cubierta del arca del pacto
donde se rociaba sangre para expiar los pecados del pueblo de Israel.
La expresión empleada por Pablo aquí ("ofrenda y sacrificio a Dios en olor
fragante" nos recuerda de tales textos como Levítico 1:9, 13; 2:3, 9, 12,
16; 4:21, etc. También en Génesis. 8:21 "Y percibió Jehová olor
grato" cuando edificó Noé un altar... y ofreció holocausto en el
altar".
Los sacrificios y ofrendas espirituales que Dios desea de su pueblo ahora se
mencionan en: Filipenses 4:18, la ayuda que los filipenses dieron a Pablo,
"olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios"; Hebreos 13:15,
16, "ofrezcamos... sacrificio de alabanza... fruto de labios... y de
hacer bien y de la ayuda mutua... de tales sacrificios se agrada Dios"; y
1 Pedro 2:5, "ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio
de Jesucristo".
5:3
-- "Pero fornicación", un vicio muy común entre los paganos, y
parte integral del culto. Las "sacerdotisas" eran prostitutas. Esta
palabra se usa alternativamente con la palabra "adulterio" pero
"fornicación" comprende más que "adulterio", porque abarca
toda forma de acto sexual ilícito (aun incluye la homosexualidad, Judas 7).
El cuerpo del cristiano no es para la fornicación (1 Corintios 6:13-20), porque
pertenece a Cristo quien lo compró. El cristiano debe aborrecer este pecado
como Dios lo aborrece. Debe "huir" de la fornicación (1 Corintios
6:18). Para huir de la fornicación el cristiano debe evitar el baile, la
literatura y películas que exhiben la sensualidad y la desnudez, y también las
canciones populares tan corruptas y tan entregadas a la suciedad inmoral. Es indispensable
que el corazón se guarde de la corrupción, para que la conversación y la
conducta sean limpias. "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin
mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios"
(Hebreos 13:4).
-- "inmundicia",
la impureza, sea de hecho, o de palabra, o de pensamiento.
--
"avaricia", que es idolatría, v. 5; Colosenses 3:5.
--
"ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos", que no
haya nunca la más mínima sospecha de tal cosa entre los santos. Pablo no está
prohibiendo la mención de estos vicios, porque él mismo lo hace repetidas
veces, como aquí mismo, sino que los santos vivan sin reproche, que sean
irreprensibles, y que no haya ninguna sospecha de que algún hermano sea culpable
de tales cosas. "Andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados"
(Capítulo 4:1); "las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia...
como corresponde a mujeres que profesan piedad" (1 Timoteo 2:9, 10);
"que os comportéis como es digno del evangelio" (Filipenses 1:27);
"la santidad conviene a tu casa", (Salmo 93:5).
5:4
-- "ni palabras deshonestas", vergonzosas, obscenas, toda
palabra o expresión contraria al pudor y decencia. "Exhorta asimismo a
los jóvenes a que sean prudentes... palabra sana e irreprochable, de modo que
el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros"
(Tito 2:6-8).
--
"ni truhanerías", "groserías" disparates, decir bufonadas,
burlarse. La palabra lleva la idea de lo tosco o grosero, lenguaje bajo,
vulgar. Las "truhanerías" se dirigen contra la modestia, la castidad
y toda cosa virtuosa. Atacan la obediencia a Dios, el respeto por los padres y
el respeto por la ley. La virtud de la mujer es objeto de mucho desprecio.
Ahora cada vez más se están aceptando las palabras más corrompidas en las conversaciones
ordinarias. Hay muchas palabras que hace quince o veinte años nunca se
pronunciaban en público, mucho menos delante de las damas, que se oyen ahora en
la televisión, en las canciones populares, se leen en los periódicos y revistas,
y se oyen en conversaciones. Como Pablo bien dice, "irán de mal en
peor" (2 Timoteo 3:13).
La degeneración es muy precipitada. Un fenómeno sobresaliente en nuestra época son
los conciertos de música para la juventud, donde hay demostraciones exageradas de la degeneración.
Las emociones de rebelión, de frustración, y de pura malicia se expresan a
rienda suelta. Las canciones y todo el lenguaje de los participantes son totalmente
corruptos, como también sus gestos que reflejan su identidad con lo oculto y
satánico.
Hay otra especie de "groserías" que son sumamente populares. Se trata
del lenguaje de doble sentido, de indirectas o sugerencias vulgares. Las
comedias de la televisión moderna se basan en gran parte en este tipo de
lenguaje. Lo que no es abiertamente vulgar, o, por lo menos, hace alguna
sugerencia de lo sucio o sensual, ya no es gracioso ni popular. Es como el
caso de las novelas de la televisión; si no están repletas de la sensualidad,
la violencia, la intriga y traición, etc. no serán aceptables. Tampoco será
divertida y chistosa la comedia si es sana.
--
"sino antes bien acciones de gracias". ¿Qué relación tiene la
gratitud con las palabras deshonestas? Las personas que las usan no quieren
"tener en cuenta a Dios". Son personas ingratas. Obsérvese esto en 2 Timoteo
3:2 "blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos..."
5:5
-- "sabéis esto", pero es muy importante repetir las verdades
bíblicas. "A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para
vosotros es seguro" (Filipenses 3:1). "Yo no dejaré de recordaros
siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la
verdad presente" (2 Pedro 1:12). La repetición es muy necesaria. Esto no
quiere decir que el predicador debe tocar una sola cuerda del violín. Hay una
gran variedad de temas que debe predicarse y repetirse. No hay peligro de
repetir demasiado los sermones si predicamos todo el consejo de Dios
(Hechos 20:20,27), pero, muchos temas deben repetirse y los oyentes no deben
fastidiarse de oírlos.
--
"ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en
el reino de Cristo y de Dios". Dice La Biblia de las Américas,
"Porque con certeza sabéis esto". Es muy enfático. Nadie puede
dudarlo. "Acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes,
que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas.
5:21). No tiene parte, no puede participar, en el reino de Dios. No hay lugar
en el reino glorioso que le espere. Ismael no pudo heredar con Isaac. Los tales
no se hallarán inscritos "en el libro de la vida" (Apocalipsis
20:15), aunque sus nombres aparezcan a veces en la lista de miembros de alguna
iglesia.
La avaricia se llama idolatría porque el avaro adora no a Dios sino a sí mismo.
En vez de buscar el mejoramiento del reino de Dios busca el progreso de sus
propios intereses, mayormente en lo que concierne el materialismo. La avaricia
y su fin se ilustra claramente en la parábola de Lucas 12:15-21.
5:6
-- "Nadie os engañe con palabras vanas", vacías, argumentos
especiosos y engañosos. "Y esto lo digo para que nadie os engañe con
palabras persuasivas" (Colosenses 2:4). No permitáis que nadie os engañe
con argumentos que suenan bien y plausibles pero que en realidad no están
basados en la verdad.
En el primer siglo había cantidad de maestros religiosos que prometían a la
gente la salvación y a la vez la satisfacción de sus apetitos carnales. Vemos
mucha evidencia de esto. Obsérvese en los siguientes textos: 2 Timoteo 3:5, 7,
13 (y su contexto); Tito 1:16; 2 Pedro 2:19 (todo el capítulo, y la carta de
Judas); Apocalipsis 2:6, 15, "los nicolaítas"; 2:14 "la doctrina
de Balaam"; 2:20, "esa mujer Jezabel"; y en varias cartas,
mayormente en las de Juan, se ve la denuncia de los errores y el engaño de los
gnósticos. Todos estos maestros falsos tenían en común una cosa: ofrecían a la
iglesia el libertinaje en el nombre de la libertad en Cristo.
Hoy en día el mundo religioso está lleno de lo mismo. Hay líderes religiosos
que ofrecen toda forma de "libertad" (libertinaje) a sus feligreses,
sólo que ingresen en su denominación o movimiento y paguen (la cuota más
popular es el diezmo).
5:7
-- "No seáis, pues, partícipes con ellos". Porque ellos no
tendrán ninguna herencia en el reino celestial, y si participamos con ellos
ahora, tendremos que participar con ellos después, sufriendo el castigo de la
ira de Dios.
5:8
-- "Porque en otro tiempo erais tinieblas". Estaban en las
tinieblas y las tinieblas estaban en ellos. Les faltó el conocimiento de Dios
(2 Corintios 4:4) porque Satanás cegó su entendimiento. Pero Cristo vino para
vencer al autor de las tinieblas, y Pablo fue comisionado para convertirles de
las tinieblas a la luz de Cristo (Hechos 26:18).
--
"Mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz".
"Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles..."
(1 Pedro 4:3). Ahora no somos tinieblas; por eso, tenemos que dejar las
prácticas de tinieblas. Antes "éramos por naturaleza (por la práctica
confirmada) hijos de ira", es decir, el castigo (la ira) era el destino
que correspondía a nuestra conducta como "hijos de desobediencia"
(personas desobedientes). Pero ahora somos "hijos de luz", personas
de entendimiento y de obediencia. Véanse Mateo 5:16; 1 Tesalonicenses 5:1-8.
Donde hay cristianos hay luz. La persona que obedece al evangelio prende otra
luz en el mundo de tinieblas.
5:9
-- "porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y
verdad". Hijos de luz son personas de bondad, justicia y verdad. La
Biblia habla de las "obras" de la carne, y del "fruto" del
Espíritu (véase Gálatas 5:19-22). Si estamos "llenos del Espíritu",
llevaremos el "fruto del Espíritu". El fruto llevado por los hijos de
luz es muy distinto a las obras de la carne de los hijos de desobediencia.
5:10
-- "comprobando lo que es agradable al Señor". Dice Romanos
12:2, "para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios". Dios
quiere que comprobemos sus caminos. Ya sabemos los caminos del mundo, ya
anduvimos en ellos; ahora nos conviene comprobar lo que es agradable al Señor.
No es cuestión de investigar o poner a prueba el camino de Dios para ver si es
bueno o no, sino es cuestión de andar en sus caminos para aprender y ser
convencidos por la experiencia personal que sus caminos son perfectos. El
camino de Dios le agrada a Él, y también es perfecto para nosotros. Es el camino
de paz y gozo. No hay felicidad verdadera en las tinieblas. "Gustad, y ved
que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él" (Salmo 34:8).
5:11
-- "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más
bien reprendedlas". Este texto es paralelo con 2 Corintios 6:14,
"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas?" El tema de los textos es el mismo: no tener comunión con las
prácticas de la idolatría. Hay denominaciones y grupos religiosos que
practican la idolatría. De referencia lean el Salmo 115 sobre dónde está el Dios
de los creyentes y el dios de los idolatras. Véanse también 1 Corintios 8:10 y
10:16-22. Pablo insistió en que los hermanos salieran y se apartaran de esas
prácticas (2 Corintios 6:17) para poder disfrutar de la comunión con Dios
("habitaré y andaré entre ellos").
--
"las obras infructuosas", hechos inútiles, vanos, vacíos, no
sirven a ningún propósito bueno. Judas 12 habla de "nubes sin agua,
llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos
veces muertos y desarraigados". Los vicios no sirven, no ayudan, no dan
ningún beneficio. Al contrario, perjudican. Destruyen el cuerpo, destruyen la
mente, causan muchos problemas en la familia, en el negocio, y en toda faceta
de la vida. "¿Pero qué fruto tenías de aquellas cosas de las cuales ahora os
avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte" (Romanos 6:21).
--
"sino más bien reprendedlas". No basta con apartarnos del mal.
Tenemos que denunciarlo. Hablar por Cristo requiere la denuncia del pecado. El
cristiano sabe por la experiencia que los vicios no sirven para nada excepto
para producir la miseria. Debe decirlo. Debe abrir su boca y hablar. Es
necesario reprender el pecado para abrir los ojos de la gente. "Que
prediques la palabra; que instes a tiempo, y fuera de tiempo; redarguye, reprende,
exhorta con toda palabra y doctrina" (2 Timoteo 4:2). "Y esta es la
condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas
que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo,
aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean
reprendidas" (Juan. 3:19, 20).
La obediencia misma reprende la desobediencia. "Por esa fe condenó al
mundo" Noé (Hebreos 11:7). El buen ejemplo condena el mal ejemplo. La
obediencia prende la luz. Pero el cristiano no puede vivir callado. No es
posible predicar la verdad sin atacar el error. Cristo y sus apóstoles siempre
estaban en conflicto con el error religioso. No congeniaban con ellos, sino
chocaban constantemente con ellos. No hay armonía entre la verdad y el error.
5:12
-- "porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto".
No era prudente ni necesario que Pablo describiera estas prácticas abominables.
Los términos generales empleados por Pablo y los otros autores del Nuevo Testamento
bastan para condenarlas. Los predicadores y maestros deben ser prudentes en su
forma de describir el pecado. La virtud y la modestia prohíben la descripción
de muchas prácticas abominables. Los autores inspirados no describieron las
abominaciones de su tiempo. A veces hay imprudencia en el púlpito. Hay predicadores
que se sienten obligados a ser muy francos y muy fuertes en su denuncia del
mal. Pero la descripción de prácticas sensuales produce pensamientos en la
mente que no convienen, y puede hacer mucho daño. Es suficiente emplear los
términos generales empleados en la Biblia. Lo importante es que la denuncia
sea severa, y que se afirme repetidas veces que los que practican tales cosas
no van al cielo si no se arrepienten.
--
"lo que ellos hacen en secreto". "Todo el que hace lo malo,
aborrece la luz", aun la luz física. Se esconden de los ojos del público.
"Los que se embriagan, de noche se embriagan" (1 Tesalonicenses 5:7).
Pero recuérdese el Salmo 139:7-12.
5:13
-- "Mas... puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas".
La palabra de Dios descubre todo. Los hijos de luz saben la naturaleza de
todas las cosas, para no ser engañados por nadie ni por nada. Se usa la luz
para descubrir la identidad o la naturaleza de algún objeto. La luz lo
manifiesta, descubre, hace visible. La luz del evangelio descubre la
naturaleza verdadera del pecado, y al mismo tiempo lo reprende. Los escritos
del Nuevo Testamento prenden la luz en un mundo de tinieblas. Todas las cosas
se pueden ver. No hay nada escondido. No hay excusa para continuar la práctica
del pecado. Los únicos que no pueden ver son los que tapan los ojos (Mateo
13:15; 2 Corintios 4:4).
5:14
-- "Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate... te alumbrará".
No sabemos el origen de esta cita. Pensamientos similares se encuentran en
Isaías 9:2; 26:19; 52:1, y especialmente en Isaías 60:1. La exhortación para
inconversos es que acepten el evangelio, y la exhortación para cristianos es
que nos apartemos completamente de toda forma de mal.
5:15
-- "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
sabios", mirando alrededor, a todos lados. El cristiano debe tener
mucho cuidado, estar alerta, y nunca descuidar sus pasos. Debe demostrar
claramente que se ha despojado del viejo hombre, y que se ha vestido del nuevo
hombre. Esto requiere diligencia. El mundo está lleno de perversidad. Satanás
ha colocado trampas en el camino para hacernos tropezar. En el siguiente capítulo,
versículos10-20), Pablo emplea la figura de vestirnos "de toda la armadura
de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo".
Dice Pedro, "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro
5:8). En 2 Timoteo 2:26 Pablo habla del "lazo del diablo" y de los
"que están cautivos a voluntad de él". Pero afirma en 2 Corintios
2:11 que "no ignoramos sus maquinaciones", y así será si miramos
cómo andamos.
--
"no como necios (imprudentes) sino como sabios". Dios nos
proporciona la inteligencia y la sabiduría necesarias para evitar los lazos de
Satanás.
5:16
-- "aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos", Pablo
emplea la figura de los comerciantes que observan bien el mercado, para saber
el momento más oportuno para comprar y vender. Somos mayordomos de todo lo que
Dios nos da, y no hay otra bendición más grande que el tiempo mismo. Tendremos
que dar cuenta a Dios en cuanto a su uso. Nos da tiempo para toda actividad
necesaria, pero es necesario ser prudentes y no necios en la administración de
esta bendición. La oportunidad perdida nunca será recobrada. Tiempo es vida;
no debemos desperdiciarlo.
Jesús es nuestro ejemplo perfecto en usar bien el tiempo. Marcos 1:21-34 relata
los eventos de un solo día en su vida. El eterno Señor está muy consciente de
la brevedad del tiempo (Lucas 13:32, 33; Juan. 7:33 "un poco de tiempo
estaré con vosotros"; 13:33 "aún estaré con vosotros un poco").
Dice Pablo que "el tiempo es corto" (1 Corintios 7:29), y que no
debemos dejar que nada (ni familia, ni lágrimas, ni alegría, ni comercio ni
otro interés terrenal) nos impida espiritualmente.
El tiempo es el haber más valioso que el hombre posee. Tiempo es
vida, es riqueza. Todo hombre vivo es hombre rico, porque el tiempo mismo es su
capital más importante. Es capital que se puede invertir para el bien eterno.
El tiempo es sumamente valioso. Mídase con reloj o con almanaque o como uno
quiera, pero siempre es precioso.
Para no desperdiciarlo debemos organizarnos; es decir, formular un plan u
horario (aunque sea algo flexible) para que quepan todas las cosas necesarias,
y para no descuidar lo más importante. Como proponemos en el corazón lo que
ofrendaremos, de la misma forma debemos proponer en el corazón con respecto a
la administración sabia del tiempo, siempre buscando primeramente el reino de
Dios.
--
"porque los días son malos". Esta carta fue escrita poco antes de
la severa persecución bajo el emperador romano Nerón. (También Jerusalén fue
sitiada y destruida en esos días). La única esperanza para el mundo era el
evangelio puro. Es importante agregar que el "evangelio social" del
mundo sectario, y que es muy popular ahora entre los hermanos liberales, no
tiene ningún poder ni para corregir la maldad del mundo, ni mucho menos para
salvar almas.
5:17
-- "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la
voluntad del Señor". Tomando en cuenta y meditando seriamente sobre
lo que Pablo acaba de decir (el peligro es grande, la maldad es abrumadora, el
tiempo es precioso), no seamos insensatos, sino hagamos un esfuerzo mayor
para entender la voluntad de Dios. Este entendimiento queda a nuestro alcance.
5:18
-- "No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución
(libertinaje)". El embriagarse y el libertinaje son íntimos
compañeros, porque el alcohol suprime o quita la restricción moral y
calla la conciencia. Por lo tanto, los que están bajo la influencia del
alcohol, toman libertades para decir o hacer cosas que normalmente no dicen ni
hacen. Es por esto que muchos se sienten más valientes cuando beben alcohol;
la timidez se suprime. Pero no reconocen el efecto que el alcohol tiene sobre
su mente. Creen que pueden conducir un auto mejor que nunca, y por eso en más
de la mitad de los accidentes de automóviles está involucrado el alcohol.
Pero la sociedad no quiere hablar de "borrachos" (se dice
"alcohólicos"), y, desde luego, para muchos la borrachera no es
pecado, sino una enfermedad. Según la mentalidad moderna, los
"alcohólicos" son víctimas de los tiempos y de las presiones de la
civilización moderna. ¿Quién debe hacer algo para corregir el problema? Pues,
el gobierno, sin lugar a dudas (porque los del mundo no creen en la
responsabilidad individual, ni en la del hogar). Pero el gobierno no puede
corregir el mal, porque muchos senadores, representantes, jueces, etc.
practican este vicio.
Además, la industria de toda clase de bebidas alcohólicas paga muchos impuestos,
ayuda en las campañas políticas, y pone mucha presión sobre los gobernantes
para que no haya problemas grandes.
Hay hermanos que enseñan que está bien tomar alcohol con moderación, y
defienden la "bebida social". Dicen que la Biblia condena solamente
la borrachera. Pero considérese bien 1 Pedro 4:3, que menciona
"borracheras" (oinophlugiais), y en el mismo versículo dice,
"potois" que tiene que ver con beber bebidas alcohólicas,
pero no necesariamente con exceso.
--
"antes bien sed llenos del Espíritu", un contraste entre
"llenos del Espíritu" y llenos del alcohol. Y ¡qué contraste! El
Espíritu Santo ilumina la mente, mientras que el vino la oscurece y destruye.
El Espíritu de Dios nos ayuda a gobernar nuestro cuerpo con sus apetitos,
pero el vino suprime el impulso moral, y quita la fuerza y control del dominio
propio. El vino quita los frenos que la conciencia aplica a la conducta.
El desenfreno causado por el vino produce pleitos (porque quita inhibiciones y
da valor), adulterios (porque quita inhibiciones morales), y toda forma de
libertinaje y disolución. "El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora,
y cualquiera que por ellos yerra no es sabio" (Proverbios 20:1; véase
también Proverbios 23:29-35).
Como el vino promueve toda forma de destrucción, el Espíritu promueve toda
forma de edificación. Construye y fortalece los muros de defensa contra tentaciones;
fortalece nuestra voluntad, y da dirección a las emociones.
¿Quién está en verdad lleno del Espíritu? ¿Los carismáticos que hablan tanto
del Espíritu Santo? Se requiere mucho más que el sólo pronunciar su nombre. Los
que están verdaderamente llenos del Espíritu son aquellos que están completamente
bajo su dirección a través de su Palabra. "Porque todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios" (Romanos 8:14). Estos
llevarán el "fruto del Espíritu" (Gálatas 5:21,22). Los que no siguen
las enseñanzas del Espíritu Santo entregadas por los hombres inspirados del
primer siglo, y que no llevan el fruto del Espíritu no son llenos del Espíritu,
no obstante lo fuerte de sus gritos acerca del Espíritu Santo.
La expresión “llenos del Espíritu” no implica que alguno pueda ser medio lleno
del Espíritu, porque si no estamos “llenos del Espíritu”, estamos “llenos” de
Satanás.
5:19
-- "hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones". Los
que están llenos de vino cantan canciones mundanas pero el que es lleno del
Espíritu alaba a Dios.
Los "salmos" dan alabanza a Dios, exaltando su nombre, poder,
atributos y obras, como los salmos de David.
Los "himnos" dan alabanza a Dios, con acción de gracias y súplicas,
expresando nuestra dependencia de Dios.
Los "cánticos espirituales" dan expresión a una gran variedad de
temas espirituales, basados en las palabras reveladas por el Espíritu Santo.
"Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren" (Juan 4:24); por lo tanto, los himnos y cánticos
deben estar basados en las enseñanzas y pensamientos espirituales, para que en
ellos nuestros espíritus puedan tener comunión con Dios. Los himnos que cantamos
deben estar en perfecta armonía con la palabra de Dios. Debemos ser estrictos
en lo que predicamos y enseñamos, y debemos ser estrictos en lo que cantamos.
No conviene cantar lo que no podemos enseñar en el púlpito.
--
"hablando entre vosotros". El cantar es hablar un mensaje, dar
una enseñanza. Es para el Señor, y para la iglesia. El cantar no es para
divertir a la gente. Es un acto de adoración, y no es meramente para introducir
el culto. Muchos hermanos llegan tarde al culto y no participan en el primer
canto (o en los primeros cantos). Algunos entran durante esta parte del culto
e interrumpen la adoración de otros. (Los que llegan tarde deben esperar en la
entrada hasta que se termine el canto o la oración; si llegan durante el
sermón, deben ocupar los asientos de atrás, para causar menos estorbo). Pero el
punto es que los cantos son mensajes, y no puro rito o ceremonia.
--
"cantando y alabando al Señor en vuestros corazones". Algunos de
los que usan instrumentos musicales en el culto dicen que la palabra "psallontes",
traducida "alabando", significa cantar con instrumentos.
Pablo sí nombra algún instrumento, pero ¿cuál es? El corazón ("alabando al
Señor en vuestros corazones). El significado radical de la palabra
"psallo" es tañer, y se aplicó a todos los sonidos producidos
por la vibración de las cuerdas de cualquier instrumento. Es muy razonable que
se usara, pues, con referencia a la voz humana, que es el sonido que sale de
los pulmones y de la boca del hombre, habiendo pasado por las cuerdas vocales.
"La voz humana es el más complicado, delicado y perfecto instrumento
musical conocido por al hombre.
Las iglesias evangélicas son muy inconsecuentes. Denuncian las muchas
prácticas de la iglesia católica romana que carecen de apoyo bíblico (tales
como el rosario, la misa, quemar incienso, invocar a María y los
"santos", etc.), pero se quedan con los instrumentos de música.
-- "en vuestros corazones". No es suficiente
denunciar el uso de instrumentos mecánicos en el culto. Si no empleamos el
instrumento correcto, los cantos de nosotros tampoco serán aceptables. ¡Qué
fácil es cantar sin pensar en lo que decimos! y máxime cuando cantamos los mismos
himnos en cada reunión. Se saben de memoria y se pueden cantar sin ninguna
concentración en la letra.
5:20
-- "dando siempre gracias por todo al Dios y Padre", Filemón 4; a
través de oraciones y cantos. Muchos cantos son expresiones de gratitud a
Dios. ¡Qué importante que los cantemos de corazón! El evangelio cambia el
cantar de la gente. Las canciones del mundo son temas de sensualidad y toda
forma de carnalidad. Pero los salmos, himnos y cánticos de los cristianos son
espirituales, expresiones de gratitud a Dios.
Damos gracias todos y por todo. Los jóvenes deben dar gracias por su juventud.
Los ancianitos deben dar gracias al Señor por los años que les ha concedido.
Todos debemos dar gracias por el pan de cada día, y por la salud. Demos gracias
por el empleo. Y por la familia que Dios nos da. Por todas las bendiciones
espirituales. En tiempos de enfermedad y pobreza, demos gracias por la salud y
los recursos que nos quedan, y también por la fuerza que Dios nos da para
soportar tribulaciones, sabiendo que nos ayudan a ser más fuertes. "Me
gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en
angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios
12:10).
Todos deben estar contentos y agradecidos. Nunca hay excusa para tener
amargura de espíritu. Todos -- absolutamente todos -- debemos dar gracias a
Dios. Sin excepción.
--
"en el nombre de nuestro Señor Jesucristo". Siempre nos
acercamos a Dios por la mediación de Cristo. "Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí... y todo lo que pidiereis
al Padre en mi nombre, lo haré" (Juan 14:6, 13). Véase Colosenses 3:17.
5:21
-- "Someteos unos a otros en el temor de Dios". Sobre todo
"humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte
cuando fuere tiempo" (1 Pedro 5:6). La sumisión a Dios requiere que
estemos sumisos según el orden establecido por Dios: todos al gobierno civil
(1 Pedro 2:13-17; Romanos 13:1-7; Tito 3:1);
5:22
-- "Las casadas estén sujetas a sus propios maridos". Véanse
Colosenses 3:18; Tito 2:5; 1 Pedro 3:1,7. Pablo enseña en estos textos el orden
divino para el hogar. El hogar que no respeta este orden está
fuera de orden; en tal hogar hay desorden. Es importante que la
mujer aprenda esta enseñanza antes de casarse. No debe casarse con algún
hombre a quién no pueda sujetarse, porque después de casarse, es muy tarde
para decidir que no puede vivir en sujeción al marido.
Es lo que "conviene en el Señor" (Colosenses 3:18). Las casadas deben
sujetarse a sus maridos para que éstos las amen; y los maridos deben amar a sus
mujeres, para que éstas se sujeten a ellos
Además, la hermana en Cristo debe sujetarse al marido incrédulo (1 Pedro
3:1-4), con tal que no haya conflicto entre la voluntad del marido y la
voluntad de Dios (Hechos 5:29 "Es necesario obedecer a Dios antes que a
los hombres"). Si el marido dice que su esposa no puede bautizarse o que
no puede asistir a las reuniones de la iglesia, está en conflicto con Dios, y
su esposa debe obedecer a Dios y no al marido.
"Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir
con ella, no lo abandone... Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no
está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que
a paz nos llamó Dios". La esposa que es cristiana (1 Corintios 6:19,20) le
pertenece a Cristo. “Si el marido incrédulo no consiente en vivir con la
creyente y se separa, la hermana debe recordar que no está sujeta a servidumbre
en semejante caso; es decir, ella es esclava del Señor Jesús,
y no de su "señor terrenal" (su marido) y, por lo tanto, no debe abandonar
su fe (que incluye el asistir a las reuniones, etc.) complaciendo al marido
para que no la abandone.
¿Puede tal mujer casarse otra vez? De ninguna manera, porque el
matrimonio nunca se llama "servidumbre". La palabra
"ligar" que Pablo usa con respecto al matrimonio (1 Corintios 7:27,
39; Romanos 7:2, 3) no se usa en 1 Corintios 7:12-15, sino la palabra común que
se refiere a la esclavitud. La cristiana no es esclava de su marido, sea
creyente o incrédulo, porque es esclava de Cristo, pero si él se separa, la
hermana debe quedarse sin casar o reconciliarse con su marido.
Muchas hermanas han ganado a sus maridos inconversos por su "conducta
casta y respetuosa", y su "espíritu afable y apacible" (1 Pedro
3:1-4). Pero un espíritu rebelde y amargado no los convertirá. Las mujeres
amargadas, llenas de resentimientos, causan miseria para sí mismas y para sus
familias (véanse Proverbios 19:13; 21:19). La mujer "rencillosa" es
la que critica y regaña a su marido y sus hijos, y se queja constantemente del
trabajo que tiene que hacer atendiendo a su familia, y de los problemas de la
vida. La mujer halla el bien máximo desempeñando su papel doméstico (1 Timoteo
2:15). El hogar es su palacio, y aunque muchas mujeres no lo quieran admitir,
es el sitio principal de su felicidad.
--
"como al Señor". La mujer debe estar sujeta porque el Señor lo
requiere. Debe pensar en lo que Él quiere, y sujetarse a su marido para
cumplir la voluntad del Señor, y no solamente la voluntad del marido. Ella
tiene que obedecer al Señor primero, antes que al marido. ¡Qué bendición más
grande cuando la voluntad del marido coincide con la del Señor! Y ¡qué fácil es
para la mujer cristiana sujetarse a tal marido!
5:23
-- "porque el marido es cabeza de la mujer". Nuestro Dios es Dios
de orden. En todo arreglo de Él hay orden, y en el hogar el marido
es cabeza de la mujer. Los que se oponen a este orden se oponen a Dios, y darán
cuenta a Dios. La palabra "cabeza" significa autoridad. El marido es
el director, el superintendente de la familia.
Esto significa que él es responsable por su familia. Debe ser
director prudente, para que en toda su familia esté bien y prospere.
La palabra "cabeza" no significa "dictador", y mucho menos
"déspota". El marido cristiano considera mucho a su esposa y a sus
hijos. "Maridos... vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como
a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida" (1 Pedro
3:7). La mujer comparte la dirección de la familia (1 Timoteo 5:14; Tito 2:5);
ella es compañera, y no esclava del marido.
Debe proveer para su familia en todo sentido, física,
espiritual y socialmente. Él es el proveedor, él "provee para los
suyos" (1 Timoteo 5:8), y si no lo hace, "ha negado la fe, y es peor
que un incrédulo". Debe proveer alimento, abrigo, techo, educación,
dirección en asuntos de recreo y actividad social, y sobre todo, la dirección
espiritual.
Es el protector de su familia. Protege su familia del daño
físico, y también del daño espiritual.
Como cabeza de la familia, el marido está obligado a disciplinar con amor a sus
hijos (Efesios 6:4).
--
"así como Cristo es cabeza de la iglesia". La autoridad del
marido es regulada y templada por esta regla: "así como Cristo". Es
el modelo perfecto de cómo ejercer la autoridad con amor y consideración.
--
"la cual es su cuerpo, y él es su Salvador". La iglesia es el
cuerpo de Cristo. Cristo es su Salvador, porque la iglesia es el número total
de los salvos. Los salvos se añaden a la iglesia (Hechos 2:47). Es importante
aprender que Cristo, y no la iglesia, es el Salvador.
No ingresamos en la iglesia para ser salvos, sino Cristo nos salva y nos añade
a la iglesia. No digamos, "Tenemos que estar en la iglesia de Cristo para
ser salvos", sino, "Obedezcamos a Cristo para ser salvos, y el Señor
nos añadirá a la iglesia". No es correcto el concepto de la iglesia como
un tren que nos lleva al cielo, y que si escogemos el tren correcto, no habrá
problemas. Cristo es el Salvador.
Cuando los evangélicos dicen que "la iglesia no salva", concluyen que
"se puede escoger la iglesia de su preferencia". Es otro extremo y su
conclusión es errónea. La iglesia no salva, pero los salvos sí están en la
iglesia del Señor.
5:24
-- "Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo". La iglesia
que deja de reconocer esto, deja de ser iglesia de Cristo. Su candelero se
quitará (Apocalipsis 2:5). La expresión "sujeta a Cristo" está en
pleno contraste con "sujeta a" otra autoridad religiosa. La Iglesia
Católica Romana está sujeta al Papa; los grupos protestantes o evangélicos
están sujetos a sus concilios; los mormones están sujetos a José Smith y la
jerarquía de esa iglesia; los "Testigos" están sujetos a la Torre de
Vigia, etc.
Los hermanos en Cristo pueden caer en el mismo error y estar sujetos a los
"ancianos patrocinadores", o a otros hombres de influencia en la
iglesia. Recuérdese que Cristo todavía tiene toda potestad en el cielo y en la
tierra (Mateo 28:18).
--
"así también las casadas lo estén a sus maridos en todo". De la
misma manera las hermanas deben reconocer la autoridad de sus maridos. La
hermana que reconoce que Cristo es la cabeza de la iglesia debe entender
también que el marido es la cabeza de la familia. Esto significa que ella
no debe tomar en sus propias manos las riendas para dirigir la familia. Hay
hermanas que pueden ver claramente que la insubordinación a Cristo es pecado,
pero no pueden ver que la insubordinación de la mujer a su marido es pecado,
pero la mujer que no esté sujeta a su marido tampoco está sujeto a Cristo.
Hay mujeres que tienen más educación formal que sus maridos,
y aún pueden ganar más dinero que sus maridos. Pero esto no
les da el derecho de cambiar el orden de Dios. La mujer muy educada y de
grandes capacidades debe casarse con algún hombre a quien pueda respetar como
su cabeza. Porque no es nada inteligente la mujer que no acepte el papel de la
mujer asignado por Dios.
"Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y
tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del
varón" (1 Corintios 11:8,9). Este texto da énfasis al propósito de Dios en
crear a la mujer para ser una "ayuda idónea" para el hombre (Génesis
2:18). Ella, como ayuda idónea, debe identificarse con su marido en todo. Debe
estar siempre muy interesada en él, en su trabajo, en sus problemas, y en todo
aspecto de su vida, para apoyarle y ayudarle. Debe servir siempre de aliento,
y nunca de estorbo.
5:25
-- "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella". La mujer debe estar sujeta al marido
como la iglesia está sujeta a Cristo, para que el marido ame a su esposa como
Cristo amó a la iglesia. Y el marido debe amar a su esposa como Cristo amó a la
iglesia, para que su esposa se sujete a él como la iglesia está sujeta a
Cristo.
Cristo
es el ejemplo de amor para el marido. ¡Qué modelo perfecto! ¿Quién
puede imitar el amor de Cristo para su esposa, la iglesia (2 Corintios 11:2)?
Si el marido ama a su esposa como Cristo amó a la iglesia, estará dispuesto a
hacer sacrificios por ella. Estará dispuesto a sufrir y aun a morir por ella.
Esta clase de amor destruye el egoísmo. ¡Cuántos divorcios se evitarían si
hubiera más amor tan sincero!
Este amor del marido debe ser expresado en el afecto, en la simpatía,
en el apoyo, en el consuelo, en la comprensión, en la paciencia, y sobre todo
en la consideración. Debe vivir con ella sabiamente (1 Pedro 3:7).
"Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas" (Colosenses
3:19). La crueldad en la familia es algo inexplicable.
El machismo indica un complejo de inferioridad,
una inmadurez casi incalculable, y sobre todo una profunda ignorancia y falta
de cultura. Muchos hombres son crueles ("ásperos") con sus esposas,
porque se sienten frustrados en su trabajo o negocio, y buscan
"víctimas". No se atreven a golpear al verdadero objeto de su enojo,
pero quieren golpear a alguien. Por tanto, la esposa y los hijos llegan a ser
sus víctimas.
Este comportamiento no coincide en ningún sentido con la actitud de Cristo para
con su iglesia. El "se entregó a sí mismo por ella", para demostrar
su gran amor por ella.
5:26
-- "para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por
la palabra". Recuérdese que Dios "nos escogió en él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él"
(Capítulo 1:4). "La voluntad de Dios es vuestra santificación" (1 Tesalonicenses
4:3). La palabra "santificar" significa sencillamente
"apartar". Dios nos dice repetidas veces que debemos apartarnos de
toda especie de mal. Somos un pueblo separado del mundo. Cristo murió para
efectuar esta separación. La persona que profesa ser cristiano pero que no
quiere apartarse del mundo menosprecia la sangre de Cristo.
--
"el lavamiento del agua por la palabra", el bautismo en agua para
perdón de los pecados (Marcos 16:16; Hechos 2:38; 22:16). Dios "nos salvó...
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación del Espíritu
Santo" (Tito 3:5), texto que coincide perfectamente con Hechos 2:38.
Aunque 10,000 pastores sectarios digan que no es cierto, somos purificados por
el bautismo, que es "el lavamiento del agua por la palabra".
--
"por la palabra". "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es
verdad". El nuevo nacimiento se efectúa por medio de la palabra (1 Pedro
1:23; Santiago 1:18; 1 Corintios 4:15). El evangelio es la semilla que produce
la nueva vida. La palabra obedecida purifica el alma (1 Pedro 1:22).
5:27
-- "a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa".
Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento el pueblo de Dios se
llama su esposa. Véanse Isaías 62:5; 2 Corintios 11:2, 3; Apocalipsis 19:6-8;
21:2, 9. Se hace esta comparación para dar énfasis al amor de Dios por su
pueblo, y el amor que su pueblo debe sentir por El, y para recordarnos de la
gran necesidad de la santificación y la pureza.
5:28
-- "Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos
cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama". Son una sola
carne. Son uno. Lo que afecta a la esposa también afecta al marido. El marido
que promueve el bienestar de su esposa promueve al mismo tiempo su propio
bienestar. El marido que busca la felicidad para su esposa busca su propia
felicidad. El marido que honra a su esposa honra a sí mismo. Pero el marido que
maltrata a su esposa practica una forma de autodestrucción. El que no ama a su
esposa no se ama tampoco a sí mismo. El que aborrece a su esposa se aborrece
también a sí mismo.
5:29
-- "Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y
la cuida, como también Cristo a la iglesia". El marido no aborrece a
su propio cuerpo, y por lo tanto, no debe ser áspero (cruel, amargo) con su
esposa. El hombre sustenta y cuida su propio cuerpo, y es una sola carne con
su esposa; debe, por lo tanto, sustentar y cuidar a su esposa, ya que ella es
como un suplemento de él, o una extensión de él, de su cuerpo y de su vida.
Dijo Adán, "Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta
será llamada Varona, porque del varón fue tomada" (Génesis 2:23). Todo
marido debe considerar a su esposa como otra Eva, como tomada de su propio
costado.
--
"la sustenta y la cuida". Sustentar o nutrir quiere decir
alimentar y sostener. La palabra traducida "cuidar" o
"regalar" se usa en 1 Tesalonicenses 2:7, "Antes fuimos tiernos
entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios
hijos". Expresa la idea de cariño, calor, amor tierno.
El marido que tiene esta actitud hacia su esposa imita a Cristo. Provee toda
cosa necesaria para ella, no solamente comida, ropa, casa, protección, sino
también el cuidado espiritual y emocional.
--
"como también Cristo a la iglesia". Otra vez, se refiere al
perfecto dechado. El marido debe sustentar y cuidar a su esposa como Cristo
sustenta y cuida a su iglesia.
5:30
-- "porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos".
Su cuerpo es la iglesia (Capítulos 1:22,23; 4:4). Somos participantes de todas
las bendiciones espirituales en Cristo (Capítulo 1:3). Nuestra unión es
verdadera, íntima y fuerte. Cristo es la cabeza, y toda la fuerza y vitalidad
procede de Él.
5:31
-- "Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y los dos serán una sola carne". Este texto tan importante
(Génesis 2:24) es citado por Jesús (Mateo 19:5) y aquí por Pablo, para que el
marido reconozca que su esposa es otra parte de él mismo. "Así
que no son ya más dos, sino una sola carne" (Mateo 19:5). Efesios 1:23
dice que la iglesia es "su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena
en todo".
Cristo, la Cabeza, necesitaba de un cuerpo; la iglesia es el complemento de
Cristo. En un sentido, la iglesia lo completa. Así también el hombre necesita
complemento, "una ayuda idónea para él" (Génesis 2:18).
--
"se unirá" para el resto de la vida.
5:32
-- "Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la
iglesia". Un misterio es algo no entendido por los hombres sin alguna
revelación de Dios. Desde el principio cuando Dios juntó al primer matrimonio,
esta unión ha simbolizado en su mente la unión de Cristo y su iglesia, pero
hasta ahora, en Efesios se revela.
5:33
-- "Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí
mismo; y la mujer respete a su marido". Pablo emplea el verbo "agapao",
el amor que describe a Dios (1 Juan 4:8; Juan. 3:16), y es el amor que el
Espíritu Santo produce en nuestros corazones (Gálatas 5:22). Este amor nos
mueve a sacrificarnos para el bienestar de la persona amada.
--
"la mujer respete a su marido", La mujer cristiana tiene una
reverencia sana y apropiada para su marido. No es temor, como de un tirano,
sino una combinación del amor, respeto, gratitud y sujeción.
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