Resultados de la justificación
Pablo muestra, sobre todo por el ejemplo de Abraham (Romanos 4, 1-8; Gálatas 3:6), que, de acuerdo con el testimonio de la Escritura, no se funda la justificación en las obras de la ley, sino en la fe en Jesucristo.
Ninguna persona, ni siquiera el judío con sus obras de la ley, es capaz de vencer el pecado y ser justo delante de Dios, sino que está vinculada a la gracia justificante de Dios que, en la muerte y resurrección de Cristo, se hizo realidad objetiva y se comunica a los hombres por la fe.
La NECESIDAD de la justificación – todos los hombres son pecadores y son culpables ante Dios (Romanos 1-3)
El CAMINO de la justificación – por gracia mediante la fe basada en la obra redentora de Cristo en la cruz (Romanos 3:24-28)
Note como la última palabra de Romanos 4:25 (“justificación”) se enlaza con el primer versículo del capítulo 5 (“justificados”).
1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
Justificados: es decir, Hechos justos.
Pablo nos hace saber ahora algunos de los BENEFICIOS de la justificación (Romanos 5:1-11). La justificación es la dádiva gratuita de Dios (Romanos 5:18) y viene en un paquete que es recibido por el creyente en el momento de la salvación. Pablo quiere que abramos este paquete y que veamos algunos de los beneficios y de las bendiciones que hay adentro. Aquí van algunos ejemplos.
Romanos 5:1 – Tenemos paz para con Dios
Romanos 5:2 – Tenemos entrada y una posición en la gracia
Romanos 5:11 – Hemos recibido la reconciliación
Por causa de todas estas bendiciones y beneficios, tenemos motivos para regocijarnos con confianza: Romanos 5:2 – “nos gloriamos”; Romanos 5:3 – “nos gloriamos”; Romanos 5:11 – “nos gloriamos”. Este verbo significa “regocijarse, alborozarse, gozarse mucho”.
Si tenemos a Cristo y todas las bendiciones espirituales en ÉL, ¿qué nos falta? |
El verdadero problema es que los creyentes muchas veces fallan en darse cuenta de cuán bendecidos son en Cristo. Ellos fallan en recurrir a sus riquezas y fallan en poseer sus posesiones. Los que son hijos del Rey deben dejar de vivir como pordioseros.
Es interesante que Pablo no presente al principio los beneficios de la salvación, sino hasta el capítulo 5 de Romanos. Pablo presentó el evangelio (Romanos 1-4) en base a la NECESIDAD y no en base a los BENEFICIOS. Los que no son salvos tienen que saber por qué NECESITAN un Salvador. Una vez que vean su desesperada necesidad y vengan al Salvador por fe, entonces comenzarán a entender todos los beneficios que acompañan a la salvación (Romanos 5). Muchas veces el evangelio es presentado de la manera más atractiva posible, mostrando a la persona inconversa todos los maravillosos beneficios que tendrá si confía en Cristo: “Si confías en el Señor, tendrás paz con Dios”. El problema con ésto es que él no ve por qué necesita tener paz con Dios. Es necesario que primero se le demuestre, por medio de las Escrituras, que en su condición de pecador él es un enemigo de Dios, luchando contra Dios rebeldemente y que la ira de Dios se revela desde el cielo contra él (ver Romanos 1:18; 5:10; etc.). Ver una exposición completa sobre la importancia de que el evangelio se presente en base a la necesidad y no basado en los beneficios en el Capítulo 1 de estos apuntes.
“Siendo justificados” = “habiendo sido justificados”. La justificación no es algo que está sucediendo ahora; es algo que sucedió en el momento en que fuiste salvo.
Por cuanto has sido justificado por fe, ahora tienes paz con Dios. Paz con Dios es algo que todo creyente tiene. La hostilidad que había en un tiempo entre mí y Dios, se ha ido para siempre. La guerra ha terminado. Estoy en paz con mi Creador y soy totalmente aceptado por ÉL. Mi aceptación nada tiene que ver con quien yo soy o con lo que yo he hecho. Tiene todo que ver con Quién es Jesucristo y con lo que ÉL ha hecho (comparar Efesios 1:6-7). Dios está complacido con Su amado Hijo (Mateo 3:17) y Dios está complacido conmigo porque yo estoy en Su amado Hijo (Efesios 1:6 – “aceptado” significa “altamente favorecido”). Lamentablemente, la mayoría de los creyentes no toman a Dios por Su Palabra cuando se trata de la aceptación. Cuando todo va bien y parece que Dios los bendice, entonces sienten que ÉL los ama y los acepta. Pero cuando están tropezando, y todo parece duro y difícil, entonces sienten como que ÉL no los ama y no los acepta. ¿Cómo puede ser ésto? Nada hay en nosotros que nos pueda recomendar con Dios. Nuestra aceptación es en Cristo Jesús y no en nosotros mismos. Dios nos ha aceptado en Su Hijo solamente por gracia y debemos basar nuestra fe sobre este hecho.
Que nunca olvide la enemistad que en un tiempo existía entre mí y Dios. Considera cuidadosamente los siguientes versículos moderadores:
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Sí, yo era un ENEMIGO de Dios (Romanos 5:10) por mis malas obras (Colosenses 1:21). No hay paz para lo impíos (Isaías 48:22; 57:20-21).
La paz con Dios fue posible de una sola manera – POR LA CRUZ (ver Colosenses 1:20-21 y Efesios 2:13-18).
¡Cuán agradecido debo estar que el Dios que en un tiempo estaba CONTRA MÍ (Romanos 1:18; 2:2) ya NO ESTÁ EN CONTRA DE MÍ (Romanos 8:31)! ¡ÉL está POR MÍ (Salmo 118:6)!
La PAZ CON DIOS es la bendita posesión de todo creyente. La PAZ DE DIOS (Filipenses 4:7) es diferente. Para tener la paz de Dios descrita en Filipenses 4:7, el creyente tiene que cumplir las condiciones expuestas en Filipenses 4:6. Estas condiciones son las siguientes: 1) no afanarse por nada; 2) oración – venir a Dios en vista de Quién ÉL es; 3) ruegos – una petición basada en una necesidad específica que tenga en mi vida (cualquier cosa que me está causando preocupación); 4) acción de gracias –dar gracias a Dios porque Él solucionará el problema a Su manera y en Su tiempo. La paz de Dios es el resultado de haber hecho estas cuatro cosas. También debemos mencionar el don de la paz de Cristo que es mencionada en Juan 14:27, que hace posible que nuestros corazones estén tranquilos en un mundo lleno de turbaciones (comparar Juan 16:33). ¿Estamos disfrutando del don que Cristo nos ha dado?
En nuestra condición presente podemos estar agradando al Señor o podemos no estar agradando al Señor (ver 2 Timoteo 2:4; 1 Tesalonicenses 4:1; Gálatas 1:10; 1 Juan 3:22; Colosenses 1:10; 3:20; Romanos 12:2; Efesios 5:10; 2 Corintios 5:9; 1 Corintios 7:32). El versículo clave es Hebreos 11:5-6 que nos dice que agradamos a Dios POR FE. Compare también Romanos 8:8-9 que implica que agradamos a Dios solamente cuando andamos en el Espíritu (Gálatas 5:16). Muchos creyentes están espiritualmente lisiados porque no saben o no creen o no cuentan con que EN CRISTO ellos agradan al Padre y son completamente aceptos a ÉL. Mientras más descansemos por fe, tanto más libres seremos para agradar a Dios en nuestro diario caminar.
2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
La expresión «gloriarse» es característica de Pablo. Con ella puede referirse al orgullo humano, o sea, a la satisfacción por los propios méritos (Romanos 4.2), lo que para el creyente queda excluido (Romanos 3.27). También la usa para indicar la alegría del que se apoya, no en sus fuerzas, sino en el poder de Dios (2 Corintios 10.17; Filipenses 3.3).
El tema se desarrolla en Romanos 8:18-25.
“Por quien” = por medio de quien. Por medio de Cristo tenemos PAZ y por medio de Cristo tenemos ENTRADA. La palabra griega por “entrada” significa literalmente “guiar o llevar a la presencia de”. Dios nos guía y nos trae a Su presencia. Cristo ha hecho posible ésto (Efesios 2:13-18; Hebreos 10:19-20) y es solamente por Él que podemos venir (Juan 14:6). Dios manda al creyente a ACERCARSE CONFIADAMENTE a Su presencia (Hebreos 4:16; 10:19, 22).
En la esfera humana es muy difícil y aún imposible tener acceso a la presencia de reyes o presidentes u otras personas “importantes”. Pero el hijo del presidente tiene un privilegio especial y puede entrar directamente a su oficina. Como hijo de Dios, el creyente puede irrumpir hasta la presencia misma de su Santo, Celestial Padre en cualquier momento y en cualquier lugar y puede tener una audiencia con el Rey de Reyes.
Dos ilustraciones del Antiguo Testamento nos muestran cuán privilegiados somos y cuán bienaventurado es este acceso que tenemos: 1) LOS HIJOS DE ISRAEL EN EL MONTE SINAÍ – Cuando el Dios Santo dio Su Santa Ley en el Monte Sinaí, la gente no tenía acceso. Se les dijo que se alejaran y que permanecieran lejos y se les advirtió que no se acercaran (ver Éxodo 19:12-13, 16, 18, 21-24); 2) LOS HIJOS DE ISRAEL EN EL TABERNÁCULO – Dios manifestó Su gloria y Su presencia de una manera especial sobre el propiciatorio en el Lugar Santísimo (el lugar más recóndito del tabernáculo, detrás del velo). ¿Qué clase de acceso tenían los hijos de Israel? Su acceso era extremadamente limitado. Sólo un hombre podía entrar a este lugar y él podía entrar solamente una vez al año (ver Hebreos 9:7). ¡Cuán diferente es hoy en día! Por causa de la obra acabada de Cristo, el velo se rasgó (Mateo 27:51) y los creyentes pueden entrar en el Lugar Santísimo (Hebreos 10:19). Tenemos acceso ilimitado (Hebreos 4:16; 10:19-20). ¿Estamos aprovechando ésto?
“A esta gracia en la cual estamos” – si una persona ha sido justificada (Romanos 5:1), entonces está en una buena posición. Los creyentes tienen una maravillosa posición en la gracia. Ellos tienen una maravillosa posición en el favor Divino. El verbo “estamos” está en tiempo presente, lo que significa que estamos en la gracia, continuamos en la gracia y esta posición nunca cambia. ¿Cómo puede un pecador estar en la presencia de un Dios santo y disfrutar de Su favor? Sólo por GRACIA (ver Salmo 130:3-4; Salmo 103:10). Podemos estar en la presencia de Dios porque por Su gracia y basados en la obra acabada de Cristo, el Señor no nos imputa pecado (Romanos 4:8). Si Dios imputara pecado, ninguno de nosotros podría mantenerse (Salmo 130:3; Salmo 1:5-6).
“Nos gloriamos” = regocijarse, alborozarse, gozarse mucho. Este verbo se encuentra en otros dos lugares en este capítulo (v.3 y v.11).
“Esperanza” – esta palabra incluye algo futuro, una expectativa futura (ver Romanos 8:24). La palabra “esperar” muchas veces expresa la idea de incertidumbre (“espero recibir una carta hoy día”; “espero que no llueva el día de nuestro paseo” etc.) En el Nuevo Testamento la palabra “esperanza” lleva la idea de certeza, porque cuando Dios dice que algo sucederá en el futuro, podemos esperar que sin duda sucederá. Un ejemplo de ésto se encuentra en Tito 2:13—“la bienaventurada esperanza” (la feliz expectativa). No hay incertidumbre en cuanto a la venida de Cristo (Juan 14:2-3), excepto que no conocemos el día. Tenemos la certeza de que ÉL regresará, pero no tenemos certeza de cuándo tendrá lugar este magnífico suceso.
“La gloria de Dios” – ésto involucra algo que el creyente está esperando en el futuro. El creyente tiene un glorioso futuro trazado y preparado por Dios (1 Co. 2:9-10). La glorificación del creyente se ve en los siguientes pasajes: Romanos 8:18; 8:30 (es tan seguro, que desde el punto de vista de Dios, ya es un hecho); 2 Corintios 4:17; 1 Pedro 1:11; 4:13; 5:10; 1 Juan 3:1-2; etc.
3 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
Cita: Santiago 1.2-3.
No nos regocijamos solamente por nuestra futura esperanza (v.2), sino también nos regocijamos en la presente seguridad de que nuestras tribulaciones producirán paciencia (V.3). El sufrimiento no es algo anormal, sino está más bien en el amante plan de Dios para Sus creyentes.
“Tribulaciones” = presiones, aflicciones, las dificultades de la vida que nos acosan, pruebas problemas, conflictos, apuros etc. Ver Juan 16:33; Hechos 14:22 y 1 Tesalonicenses 3:3-4 (debemos esperar tribulaciones). ¿Por qué se regocija el creyente en las tribulaciones? Porque él SABE algo. El sabe que la tribulación produce paciencia.
“Paciencia” = literalmente “permanecer bajo, morar bajo”. De modo que significa soportar, resistir, aguantar, quedar bajo, sobrellevar, conformarse en medio de las dificultades y decir “gracias” en medio de las aflicciones. Incluye una paciente resistencia bajo las pruebas. Las pruebas y las aflicciones deben fortalecer al creyente. Las presiones deben acercarnos cada vez más al Señor Jesús –- para conocer la todo-suficiencia de Su gracia. Comparar con Romanos 12:12. Cristo es suficiente para toda situación.
4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
“Prueba” –esto viene de una palabra que significa “probar”. ¿Por qué Dios nos envía tribulaciones? ÉL nos está probando. ¿Por qué dijo Dios a Abraham que sacrificara a su hijo (Génesis 22)? ÉL estaba probando su fe. La prueba de nuestra fe es algo muy precioso (1 Pedro 1:7). Toda prueba y dificultad es una oportunidad única para confiar en el Señor y descubrir que ÉL es fiel y suficiente. La palabra “prueba” contiene la idea de “aprobación”. El pensamiento es éste: nosotros no somos solamente probados (por las tribulaciones que Dios permite), pero PASAMOS LA PRUEBA (como hizo Abraham en Génesis 22). De modo que la palabra “prueba” contiene la idea de “carácter probado” o “la calidad de haber sido aprobado” o “carácter aprobado”. Se refiere a una persona que ha pasado exitosamente el duro examen. Ha aprendido que, por la gracia de Dios, él puede resistir. “He confiado en Dios en medio de la tribulación y he visto que Dios es fiel”.
“La prueba (produce) esperanza” – El ciclo se ha completado. Empezamos con “esperanza” en el versículo 2 y ahora hemos vuelto a la esperanza en el versículo 4.
Quizás, una manera de ilustrar Romanos 5:3-4 es verlo ejemplificado en Esteban en Hechos capítulo 7:
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5 y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones: El verbo derramar se usa con frecuencia respecto del Espíritu Santo (Hechos 2.17)
“Esperanza” = futura expectativa. Mi futura salvación y glorificación están garantizadas. Los que esperan en Cristo nunca deben estar avergonzados o desilusionados. Recuerda que la salvación es en tres tiempos – pasado, presente y futuro (comparar 2 Corintios 1:10 donde vemos que la gloriosa LIBERACIÓN de Dios es en tres tiempos).
La palabra “esperanza” nos señala el aspecto futuro de la salvación (ver Romanos 5:9-10 donde es enfatizado este aspecto futuro: “seremos salvos”). Como creyente, puedo saber en mi corazón que mi futura salvación es segura y que el Dios que comenzó Su obra salvadora en mí, la perfeccionará (Filipenses 1:6). ÉL termina lo que comienza (Romanos 8:29-30). ¿Cómo puede un creyente tener tal seguridad y tal esperanza? “PORQUE el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones” (Romanos 5:5).
“Ha sido derramado” = ha sido vertido
“Amor de Dios” esto no se refiere a nuestro amor a Dios, sino A SU AMOR DEMOSTRADO HACIA NOSOTROS (ver v.8). Desde luego, las dos ideas están relacionadas (“nosotros le amamos a ÉL porque Él nos amó primero”—1 Juan 4:19). Dios el Espíritu Santo obra en mi corazón y ÉL me asegura del gran amor de Dios, como quedó demostrado en la cruz. Si Dios me ama realmente, entonces es seguro que ÉL me conducirá hasta el final y que llevará mi salvación hasta su cumplimiento total.
“El Espíritu Santo que nos FUE DADO”. El Espíritu Santo es el don de Dios para todo creyente (ver Juan 7:39; Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19). Uno de los beneficios de la justificación es la presencia de Dios, el Espíritu Santo que mora en el creyente. Uno de Sus ministerios es señalarnos el amor de nuestro Salvador como se demuestra en la cruz y derramar este amor en nuestros corazones (Romanos 5:5-10). Los siguientes versículos nos señalarán hacia la CRUZ DEL CALVARIO y nos explicarán el amor de Dios y lo que el amor de Dios significa en cuanto a nuestra futura y total salvación.
6 Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
Muerto en la carne: es decir, en su fragilidad humana. Pero vivificado en espíritu. Estas dos expresiones (carne-espíritu) designan la realidad humana total de Jesús, pero en dos momentos diferentes: primero, en su vida terrena; luego, en su vida glorificada después de la resurrección. Citas: 1 Pedro 3.18; 1 Corintios 15.3; 2 Corintios 5.14-15; Gálatas 1.4. A su tiempo: Gálatas 4.4.
“Débiles”. Una tremenda descripción de nuestra condición de no salvos: acabados, sin fuerzas, indefensos. Nada podíamos hacer para salvarnos a nosotros mismos o para remediar nuestra condición perdida. Necesitábamos un SALVADOR FUERTE.
“A su tiempo” = en el tiempo preciso (comparar Gálatas 4:4-5). Note como nos describe Dios en nuestro estado de perdidos: LOS IMPÍOS (v.6); PECADORES (v.8); ENEMIGOS DE DIOS (v.10). Cristo murió por los impíos y amó a los desagradables. Nos amó aunque nada amable había en nosotros.
“Impíos” – ver Romanos 4:5. Impíos son los que no tienen temor de Dios, no tienen respeto a Dios y no reverencian a Dios (ver Romanos 3:18). Cristo murió por esa clase de personas.
“Por” = a favor de (esto comunica claramente la idea de SUSTITUCIÓN –comparar 1 Pedro 3:18).
7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguien tuviera el valor de morir por el bueno.
Alguien tuviera el valor de morir por el bueno: o por la persona que le haya hecho un gran bien.
Este versículo proporciona más explicaciones por vía de contraste. El amor más grande que un hombre pueda tener queda corto frente al amor de Dios. Un hombre podría dar su vida por su amigo (aunque esto puede suceder a veces, no sucede a menudo), pero el DIOS-HOMBRE puso Su vida por Sus enemigos.
“Apenas” = difícilmente, poco probable
“Justo” – ésto implica, por vía de contraste, que Cristo murió por hombres injustos (ver 1 Pedro 3:18)
“Pudiera ser” = quizás
“Osara” = tuviera la valentía, se atreviera.
8 Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Citas Juan 3.16; 1 Juan 4.10; véase Romanos 5.6.
“Mas” – Note el contraste. Dios hizo mucho más de lo que los hombres jamás se atreverían a hacer. ÉL dio Su vida por Sus enemigos.
“Muestra” = demuestra, comprueba.
“Pecadores” = Los que han errado el blanco, los que han quedado cortos ante los justos requerimientos de Dios (todos nosotros hemos pecado contra el Dios Todopoderoso. Ver Romanos 3:23).
¿Cómo muestra Dios Su amor? ¿Dónde debemos mirar para ver el amor de Dios? Muchas veces la gente acusa a Dios de no tener amor. “¿Cómo puede un Dios de amor permitir que millones de personas mueran de hambre en la India o en África?” “¿Cómo puede un Dios de amor permitir que un terremoto arrase con miles de vidas?” etc. Pero para ver el amor de Dios tienes que mirar al lugar correcto. La más grande demostración del amor de Dios tuvo lugar en la cruz del Calvario. Ver también Juan 3:16; 1 Juan 3:16; 4:9-10. (Ver el estudio: El Nuevo Mandamiento).
9 Con mucha más razón, habiendo sido ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira,
En su sangre: manera de referirse a la muerte redentora de Cristo. De la ira: Al usar el verbo en futuro (seremos salvos) se hace referencia al día del juicio y castigo final.
Si Dios nos ha justificado por Su sangre, cuánto más seremos salvos de la ira por medio de Jesucristo. En otras palabras, si Cristo murió para salvarte cuando eras injusto, con mayor razón ÉL te salvará ahora que eres justo (en ÉL) y que has sido justificado. Si ÉL murió por ti cuando tú eras Su enemigo, cuánto más hará ÉL por ti ahora que eres Su amigo. Si Dios me amó cuando yo era un pecador (v.8), cuánto más derramará Su amor sobre mí ahora que soy Su hijo.
10 porque, si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Siendo enemigos: Pablo nunca dice que Dios se reconcilia con nosotros, sino nosotros con él; los enemistados éramos nosotros. Por su vida: o sea, porque él vive (ya resucitado); esta idea se desarrolla en Romanos 6.8-11; 8.10-11 (Hebreos 7.24-25). Por su vida: o sea, porque él vive (ya resucitado); esta idea se desarrolla en Romanos 6.8-11; 8.10-11 (Hebreos 7.24-25). 2 Corintios 5.18-20. Aquí se utiliza la expresión estando reconciliados como equivalente a Dios nos ha justificado del versículo 9.
Este versículo amplía la explicación del versículo 9 (“porque”). Si Dios nos reconcilió Consigo Mismo cuando aún éramos Sus enemigos, cuánto más hará por nosotros ahora que hemos entrado en una preciosa relación con ÉL.
“Reconciliado” = Dios y el hombre han sido reunidos en armonía, en paz (v.1), toda hostilidad ha sido removida y todas las barreras para tener compañerismo han sido quitadas. El profundo abismo que separaba a un Dios santo de un hombre pecador ha sido subsanado y superado. Hemos sido reconciliados, no porque Dios comprometiera Su santidad (“permitiré que el hombre se acerque a mí, pasando por alto su pecado y comprometiendo Mi santidad” –perezca ese pensamiento), sino porque Dios sacrificó a Su Hijo.
“Salvos por Su vida” –ver Hebreos 7:25, que constituye un comentario perfecto para estas cuatro palabras. Mi eterna seguridad está atada a Su vida. Para que yo pudiera perder mi salvación, el Señor Jesús resucitado tendría que morir (pero vea Romanos 6:9-10 y Apocalipsis 1:18). ÉL murió UNA VEZ, pero nunca más. ÉL vive siempre para interceder por nosotros. ÉL murió para salvarme; ÉL vive para mantenerme salvo.
En los versículos 9 y 10 Pablo está argumentando de lo mayor a lo menor. En otras palabras, si Dios ha hecho la cosa más grande, ciertamente que también hará la más pequeña. Ver Romanos 8:32 para un argumento similar y compare también la última parte de Mateo 6:25 – si Dios te ha dado un cuerpo y vida (las cosas más grandes), ¿no proveerá también aquellas cosas necesarias para alimentar el cuerpo y sustentar la vida?
11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
“Reconciliación” – La reconciliación es otro de los grandes beneficios que recibimos junto con la salvación. Para saber más acerca de la reconciliación, ver 2 Corintios 5:17-21.
En Romanos 5:1-11 hay tres cosas en las cuales regocijarse (gloriarse):
1) NUESTRO REGOCIJO FUTURO –“nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios” (v.2).
2) NUESTRO REGOCIJO PRESENTE – “nos regocijamos en las tribulaciones” (v.3).
3) NUESTRO REGOCIJO PASADO – “nos regocijamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación” (v.11).
Nuestra reconciliación ha sido efectuada (PASADO), Dios nos está moldeando y formando por medio de las tribulaciones (PRESENTE) y nuestra glorificación está por venir (FUTURO).
LA SANGRE DE JESÚS
No hay perdón sin ella.
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión”. Hebreos 9:22
Satisface las Santas demandas de Dios.
“Veré la sangre y pasaré de vosotros”. Éxodo 12:13
Hace expiación por la persona.
“La misma sangre hará expiación de la persona”. Levítico 17:11
Redime al creyente.
“Rescatados. . . con la sangre preciosa de Cristo”. 1 Pedro 1:18-19
Limpia de todo pecado.
“La sangre de Jesucristo. . . nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7
Justifica al creyente.
“Estando ya justificados en Su sangre”. Romanos 5:9
Adán y Cristo
En Romanos 1-3 hemos aprendido acerca de la CONDENACIÓN del hombre ante un Dios santo.
En Romanos 3-5 hemos aprendido acerca de la JUSTIFICACIÓN (el hombre siendo declarado justo por Dios, basado en la obra de Cristo en la cruz y de acuerdo a las riquezas de la gracia de Dios).
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
En esta sección se ponen en contraste las consecuencias del pecado de Adán sobre la humanidad y el resultado de la obra salvadora de Cristo.
Citas: Génesis 2.15-17; 3.6-19; 1 Corintios 15.22, 45-49.
Pablo habla tanto de la solidaridad de todos con Adán como de la responsabilidad personal de cada uno (por tanto, como el pecado entró... por un hombre). Muchos han entendido esta última frase en el sentido de la participación de todos en el pecado de Adán (traduciendo en el cual todos pecaron).
“Un hombre” = Adán. El pecado entró al mundo por Adán. Y siempre que aparece el pecado, trae consigo a su estrecho compañero: LA MUERTE. El pecado y la muerte son una pareja, siempre andan juntos. El pecado da a luz la muerte (Santiago 1:5).
“y por el pecado la muerte” = esta es una frase incompleta. Esto es lo que significa la frase cuando es completada:
POR ADÁN ENTRÓ EL PECADO AL MUNDO; POR EL PECADO LA MUERTE ENTRÓ AL MUNDO.
Note también la conexión entre el pecado y la muerte en Génesis 2:17.
“Por cuanto” = porque
“Todos pecaron” = todos han pecado
TODOS LOS HOMBRES PECARON EN ADÁN Y TODOS LOS HOMBRES MURIERON EN ADÁN. Ilustración: Piensa en un gran incendio forestal (Santiago 3:5). Puedes tomar un pequeño fósforo, encenderlo y lanzarlo a tierra y como resultado de ese pequeño acto, todo el bosque puede ser arruinado. Porque cayó un fósforo, todo árbol del bosque puede caer también. Del mismo modo, por un “pequeño” acto de desobediencia de Adán, todo el bosque de la humanidad cayó y se arruinó. Adán encendió el fósforo y cada uno de nosotros se ha quemado. Es asombroso lo que causó un hombre.
Las palabras “a todos los hombres” (en la mitad de Romanos 5:12) están enfatizadas en el griego. La muerte pasó a ¿quién? A TODOS LOS HOMBRES. ¿Por qué pasó la muerte a TODOS LOS HOMBRES? ¿Por qué fue infectada toda la humanidad con esta horrible enfermedad de pecado y muerte? ¿Por qué todos los hombres? ¿Por qué no sólo Adán? Si él es el que pecó, entonces él y solamente él es el que debería morir. ¿Por qué la muerte pasó a todos los hombres? He aquí la respuesta de Dios: CUANDO ADÁN PECÓ, TODOS NOSOTROS PECAMOS. Cuando Adán cayó, caímos todos nosotros. ¿Por qué pasó la muerte a todos los hombres? “Porque todos pecaron” (Romanos 5:12, ver el final del versículo). ¿Cuándo pecaron todos los hombres? Cuando Adán pecó.
Esta verdad, aunque sea difícil de aceptar, es enseñada en todo este pasaje: Romanos 5:15—Por la trasgresión de Adán muchos murieron. Por el pecado de Adán, yo morí. Romanos 5:18—Por causa del pecado de Adán, yo estoy bajo juicio y condenación. Romanos 5:19—Por el acto de desobediencia de Adán, yo llegué a ser un pecador. Ver también 1 Corintios 15:22 – EN ADÁN TODOS MUEREN.
En las antiguas escuelas coloniales de Nueva Inglaterra se usaba un texto educacional llamado The New England Primer para enseñar a los niños a leer y escribir, etc. Para enseñar el alfabeto, se daban unos breves versos para ayudar a los niños a recordar cada letra. Para la letra “A” ellos aprendían esto:
A. EN LA CAÍDA DE ADÁN TODOS PECAMOS.
Así se les enseñaba a los niños las verdades de Romanos 5:12.
Aquí hay algunas otros versos que riman con otras letras:
B. PARA LLEGAR AL CIELO, RECUERDA LA BIBLIA.
¿A cuántos niños hoy en día se les enseña acerca del cielo?
C. CRISTO CRUCIFICADO, MURIÓ POR LOS PECADORES.
La cruz ocupaba un lugar central en su enseñanza.
D. EL DILUVIO INUNDÓ EL MUNDO ALREDEDOR.
¿A cuántos niños se les enseña hoy acera del diluvio universal de los días de Noé?
E. ELÍAS SE ESCONDIÓ, FUE ALIMENTADO POR CUERVOS.
F. EL JUICIO ASUSTÓ A FELIX, etc.
En Adán todos pecaron. También es cierto que en Adán todos fueron creados. Hablando en forma precisa, la gente que vive hoy no fue creada. Nosotros hemos llegado al mundo por procreación, no por creación. Las únicas personas que fueron creadas son Adán y Eva. Sin embargo, en cierto sentido es correcto decir que yo fui creado en Adán. Sin Adán, yo no tendría existencia. Cuando Adán fue creado, yo estaba en los “lomos” de Adán (Hebreos 7:10). Yo formaba parte de “su simiente”. (Del mismo modo podemos decir que toda la nación de Israel estaba en Abraham, Isaac y Jacob).
Cuando Adán pecó, yo no estaba allí. Yo no comí la fruta, Adán lo hizo. Yo no desobedecí a Dios, Adán lo hizo. Sin embargo, en cierto sentido yo estaba allí. Yo estaba allí en Adán. Yo pequé en Adán. Yo morí en Adán. Podría preguntársele a una persona, “¿Cuál es la peor cosa que te ha sucedido?” Esto podría ser respondido de muchas maneras: la muerte de un ser querido, un terrible accidente en automóvil, alguna tragedia inesperada, etc. Pero todas esas respuestas son incorrectas. La Biblia revela una sola respuesta verdadera para esta pregunta: LA PEOR COSA QUE JAMÁS ME HA SUCEDIDO, ES CUANDO ADÁN COMIÓ EL FRUTO PROHIBIDO HACE MILES DE AÑOS (Romanos 5:12). De igual manera, LA MEJOR COSA QUE JAMÁS ME HA SUCEDIDO, ES CUANDO CRISTO MURIÓ EN LA CRUZ HACE COMO 2000 AÑOS (Romanos 5:18-19).
¿Por qué es cierto que YO PEQUÉ EN ADÁN, YO MORÍ EN ADÁN Y ESTOY CONDENADO EN ADÁN? Yo no estaba allí cuando sucedió, ¿o sí lo estaba? Considere lo siguiente:
- Como creyentes en la Biblia, todos estaríamos de acuerdo de que Adán es el padre de todos nosotros. Todos procedemos de Adán. Todos podemos trazar nuestros ancestros hasta Adán, no a primates. Todos somos “hijos de Adán” (Salmo 14:2-3; Génesis 6:5-6; 11:5).
- Cuando Adán pecó, en cierto sentido yo estaba allí. Yo estaba en los lomos de mi padre Adán (yo estaba en su simiente). Para ilustrar esto ver Génesis 14:18-20. Note que Abraham pagó diezmos a Melquisedec. De Abraham vinieron Isaac y luego Jacob. Jacob (Israel) tenía 12 hijos, uno de los cuales era Leví. De Leví vinieron Aarón y sus hijos que eran los sacerdotes. Con estos hechos en mente, vea Hebreos 7:4-10. Si el escritor de Hebreos podía decir que Leví pagó diezmos a Melquisedec porque estaba en los lomos de Abraham, aunque sabemos que en realidad fue Abraham quien lo hizo y que Leví aún no había nacido, entonces de la misma manera puedo decir esto: “Yo también pequé en Adán, porque yo aún estaba en los lomos de mi padre Adán cuando Adán pecó”. De modo que, cuando Adán pecó, en cierto sentido yo estaba allí. (Esto es similar a alguien que tiene ancestros que cruzaron el océano en el Mayflower y dice, “Yo vine aquí en el Mayflower”.)
- Adán actuó por mí como mi representante. Adán fue la cabeza de nuestra raza y él representó la raza. Es interesante notar que la caída del hombre se vincula con la desobediencia de Adán no con la desobediencia de Eva, aunque Eva desobedeció primero. Pero Eva no era la cabeza de la raza. Lo determinante fue cuando Adán comió. Fue entonces cuando la raza cayó. Un representante es alguien que actúa en lugar de otro. Adán estaba allí en el jardín del Edén actuando por ti y representándote a ti. Hoy en día elegimos hombres al Congreso llamados “representantes”. Ellos están allí para votar por mí. Yo no puedo votar, pero ellos pueden y ellos votan por mí. Cuando Adán estaba en el jardín del Edén, como mi representante, él tenía que hacer un voto. El tenía que votar a favor de Dios o en contra de Dios. El tenía que escoger obedecer a Dios o desobedecer a Dios. El escogió desobedecer. Hay un sentido en que su voto llegó a ser mi voto.
Antes de condenar a Adán por votar equivocadamente, pongámonos en sus zapatos. Supongamos que yo hubiese estado en el jardín en lugar de Adán. Supongamos que yo hubiese estado sometido a esa simple prueba de obediencia. ¿Habría actuado yo de una manera diferente que Adán?
Puedes objetar, “No me gusta esa doctrina de representación. No es justo. Yo no quiero ser representado por Adán”. Pero en el momento en que rechazas la doctrina de la representación, has rechazado una de las más maravillosas doctrinas de la Biblia. Verás, no fue solamente Adán tu representante, sino Cristo también fue tu representante. No fue solamente Adán quien actuó en tu lugar, sino Cristo también actuó en tu lugar. Adán te metió en el problema, pero Cristo puede sacarte de él. Y si dices que no es justo que Adán te representara puesto que tú ni siquiera estabas allí, piensa por un momento lo siguiente: ¿cuán justo era que Cristo te representara a ti? ¿Era justo que un Hombre perfectamente inocente fuese ejecutado? ¿Era justo que ÉL fuese juzgado por los pecados que tú cometiste? ¿Era justo que el juicio y la ira de un Dios santo cayeran sobre ÉL en vez de sobre ti? Recuerda, lo que hizo Adán fue la peor cosa que pudo sucederte, PERO LO QUE CRISTO HIZO FUE LO MEJOR QUE JAMÁS PUDO SUCEDERTE.
Entender este principio hará que la Biblia cobre vida para ti. Cuando leas el relato de la caída de Adán en Génesis 3, te darás cuenta que esto no es una narración remota que nada tiene que ver contigo, sino que tu estabas allí en un sentido real. Por cuanto Adán era tu representante, tú participaste de lo que Adán hizo. En la caída de Adán todos pecamos.
Del mismo modo, cuando leas la historia de la crucifixión, recordarás que tú estabas allí en un sentido muy real. Su muerte llegó a ser tu muerte. SU historia llegó a ser tu historia (tal como veremos en Romanos 6). Cuando leo acerca de Cristo siendo crucificado, esto llega a ser muy personal, porque yo también fui crucificado allí (Gálatas 2:20), y, alabado sea Dios, yo también salí de aquella tumba con ÉL.
Romanos 5:12 también dice algo que se relaciona con la ciencia y en particular con el debate creación/evolución. Este versículo enseña que la muerte fue el resultado del pecado de Adán. La caída del hombre también afectó al reino animal y como veremos en Romanos 8:19-22, los animales gimen, esperando ser liberados de la esclavitud en que se encuentran por el pecado del hombre. Antes de la caída de Adán, la muerte no era una realidad en el reino animal, por lo cual no puede haber fósiles anteriores a la caída del hombre (contrariamente a lo que dice la teoría de la evolución). Los creacionistas creen que la vasta mayoría de los fósiles se formaron en el tiempo del diluvio universal en los días de Noé.
En Romanos 5:12-21 tenemos comparada y contrastada la CONDENACIÓN y la JUSTIFICACIÓN. Note las palabras de COMPARACIÓN: “ASÍ COMO. . . ASÍ TAMBIÉN. . .” (Romanos 5:18, 19, 21). Note las palabras de CONTRASTE: “NO COMO. . .” (Romanos 5:15, 16); “MUCHO MÁS” (Romanos 5:15, 17, (cuando - sobreabundó) 20).
Note también la comparación y el contraste entre DOS HOMBRES: Adán y Cristo.
Note los DOS ACTOS: El acto de desobediencia de Adán al comer el fruto prohibido (Génesis 3:6); el acto de obediencia de Cristo cuando murió en la cruz (Filipenses 2:8). Ver Romanos 5:18-19.
Note los DOS RESULTADOS: Por lo que hizo Adán: MUERTE, JUICIO y CONDENACIÓN. Por lo que hizo Cristo: VIDA y JUSTICIA y GRACIA.
Note que Adán y Cristo son hombres representativos. Ellos actuaron en nombre del hombre (tal como nuestros representantes elegidos en el Congreso votan por nosotros). Adán pecó por nosotros y Cristo murió por nosotros.
Es muy importante ver NUESTRA HISTORIA EN ADÁN y ver NUESTRA HISTORIA EN CRISTO. Es importante darse cuenta que cuando Adán pecó en el jardín del Edén, TÚ ESTABAS ALLÍ. En Adán tú pecaste y tú moriste. Del mismo modo, es vital darse cuenta que cuando Cristo murió en la cruz, TÚ ESTABAS ALLÍ. “¿Estabas allí cuando crucificaron a mi Señor?” – ¡SÍ!
El punto principal de esta sección es el triunfo de la gracia de Dios sobre el pecado (ver Romanos 5:20-21). La frase clave es “MUCHO MÁS” (Romanos 5:15, 17, 20). Si piensas que lo que hizo Adán fue significativo (y lo fue), CUÁNTO MÁS significativo y grande e importante es lo que hizo Cristo. Lo que Cristo hizo superó y sobrepasó en mucho lo que hizo Adán.
A algunos parece que la falsa doctrina del UNIVERSALISMO es enseñada en Romanos 5:18-19. El universalismo enseña que finalmente todos los hombres serán salvos. Esto no es cierto y sería contrario al mensaje de todo el libro de Romanos que dice que nadie será salvo sin fe (Romanos 10:9-17). La clave en esta sección es Romanos 5:17 – RECIBIR. Lo que Adán hizo por la humanidad se hereda por nacimiento. Lo que Cristo hizo por la humanidad tiene que ser recibido personalmente y tiene que ser apropiado por fe.
Considera la historicidad de Adán. ¿Fue Adán una persona real e histórica que vivió verdaderamente en esta tierra como el progenitor de la raza humana? Nadie niega la historicidad de Jesucristo, que Él fue una Persona histórica real que vivió en la tierra. Sin embargo, muchos niegan la historicidad de Adán. Esto se debe a la incredulidad del hombre y a la popular teoría de la evolución que rechaza los primeros 11 capítulos de Génesis y que alega que estos capítulos están desprovistos de toda veracidad histórica. Los patrocinadores de este punto de vista dicen muchas veces que las cosas que sucedieron en esos primeros capítulos de Génesis son sólo historias interesantes (pero falsas) que contienen ciertas lecciones morales para nosotros. Pero en Romanos 5:12 y siguientes, Pablo asume que Adán fue una persona histórica real, tan histórica como Moisés (Romanos 5:14) y Cristo (Romanos 5:15). Ver también 1 Corintios 15:22, 45, 47; 2 Corintios 11:3 (si Eva desaparece, también tiene que desaparecer el diablo); 1 Corintios 11:8-9; 1 Timoteo 2:13-14; etc. Ver también la genealogía de Lucas capítulo 3 que comienza con Adán y termina con Cristo (en orden inverso). Si Cristo fue una Persona histórica pero no así Adán (como les gustaría a los incrédulos que pensáramos), entonces ¿en qué momento de la genealogía pasamos de la ficción a lo histórico o de lo mitológico a lo histórico?
Para todo creyente cristiano la prueba final de la historicidad de Adán y Eva se encuentra en las palabras de Jesucristo Mismo, tal como están registradas en Mateo 19:4-5. Estos dos versículos no solo muestran que Adán y Eva fueron personas reales que vivieron en la historia, sino muestran también que Cristo aceptaba ampliamente la veracidad de los dos primeros capítulos de la Biblia (Mateo 19:4 está basado en Génesis 1 y Mateo 19:5 está basado en Génesis 2).
13 Antes de la Ley ya había pecado en el mundo; pero donde no hay Ley, no se inculpa de pecado.
Cita: Romanos 4:15
Aquí empieza un largo paréntesis de Pablo (desde el versículo 13 al versículo 17). El versículo 12 se conecta con el versículo 18.
“Antes” = previamente. Pablo está considerando el período de tiempo anterior a la entrega de la ley (ver versículo 13—el período desde Adán hasta Moisés). Este es el período anterior a Moisés y anterior a la ley (comparar Romanos 4:15). Durante el período desde Adán hasta Moisés había pecado y muerte, pero no había trasgresión. No puedes transgredir una ley que no existe. Había pecado, como se ve en el acto de asesinato de Caín (Génesis 4) y la maldad del mundo antediluviano. También existía la muerte en el mundo, como se ve en Génesis 5 (el capítulo de las Lápidas Sepulcrales).
“Inculpa” = incriminar, acusar, reprochar. El pecado estaba presente, pero no era contado (considerado) como trasgresión hasta que vino la ley. Comparar Gálatas 3:19 (la ley fue dada para dar al pecado el carácter adicional de trasgresión y para que el pecado fuera aún más pecaminoso –Romanos 7:13).
14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Romanos 5:14 dice que reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, pero Hebreos 11:5 dice que Enoc, quien vivió en ese periodo, no murió. ¿Por qué no murió si la muerte reinó desde Adán hasta Moisés?
Lo que este pasaje bíblico está diciendo en esencia es que después que Adán pecó, él y sus descendientes solo pudieron engendrar pecadores. Esto para corregir la equivocada noción que los pecadores son solamente los que han quebrantado la ley que Dios entregó a su pueblo mediante Moisés. Por esto la Biblia enseña que todo ser humano es pecador. Más adelante, en el mismo pasaje, Pablo se encargará de mostrar que así como por la desobediencia de uno se hundió a todos sus descendientes en el pecado, por la justicia de uno, vino a todos los hombres la justificación de vida.
El pecado de Adán fue considerado una “trasgresión” (v. 14) porque él violó una ley dada divinamente (Génesis 2:17). La muerte reinó como rey (v.14) desde Adán hasta Moisés, aunque la gente no infringió igual como hizo Adán (ellos no quebrantaron un mandamiento claramente revelado, como lo hizo Adán).
A la manera de la transgresión de Adán: Génesis 2.16-17; 3.11-12; véase Romanos 7.7.
Adán: según Génesis 1--5, el primer hombre, cuyo nombre significa hombre o ser humano (Génesis 2.7). Pablo lo considera como padre y representante de la humanidad y, consecuentemente, como aquel que con su desobediencia introdujo el pecado y la muerte en el mundo, creando una solidaridad de todos en el pecado y la muerte. Lo pone en contraste con Jesucristo (el que había de venir, véase Mateo 11.3), quien es principio y modelo del hombre nuevo y trajo la salvación y la vida, creando una nueva solidaridad en la justicia y en la vida. También 1 Corintios 15.20-22,45-47.
El punto principal de Pablo en estos dos versículos es que la muerte pasó a todos los hombres (v.12), no porque ellos pecaron, sino porque Adán pecó. Fue el pecado de Adán lo que trajo la muerte sobre la humanidad. La gente desde Adán hasta Moisés no pecaron como Adán (el pecado de Adán fue una violación voluntaria de un mandamiento directo de Dios). Sin embargo, la muerte reinó sobre ellos, no por causa de sus acciones, sino por causa del acto de Adán. Hoy podríamos usar la ilustración de niños que mueren. Estos bebés nada saben acerca del bien y del mal, pero ellos mueren. Esto debe recordarnos del efecto universal del pecado de Adán. Por causa de su trasgresión, la sentencia de muerte pasó a todos los hombres.
Adán es una “figura” o TIPO de Aquél que había de venir, es decir, Jesucristo (Romanos 5:14). Adán es un tipo de Cristo. En 1 Corintios 15:45 Jesucristo es llamado “Adán” (“el postrer Adán”) y Cristo también es llamado el “segundo hombre” en contraste al primer hombre, Adán (1 Corintios 15:47). Si comparamos a estos dos hombres. Encontraremos similaridades y diferencias entre ellos:
ADÁN El primer hombre Adán (1 Co. 15:45) | JESUCRISTO El postrer Adán (1 Co. 15:45) |
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MUERTE (Romanos 5:12, 14, 15)
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VIDA (Romanos 5:17, 18, 21)
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15 Pero el don no fue como la transgresión, porque si por la transgresión de aquel uno muchos murieron, la gracia y el don de Dios abundaron para muchos por la gracia de un solo hombre, Jesucristo.
La única relación o punto común entre la transgresión de aquel uno (Adán) y el don de Dios (Jesucristo) es, como se explica en 5.16-19, que en cada caso la acción de un solo hombre tuvo consecuencias sobre toda la humanidad: Adán trajo el pecado, la condenación y la muerte; Jesucristo trajo la justicia, la salvación y la vida.
Note el “mucho más” en este versículo (la expresión “mucho más” se encuentra 4 veces en Romanos 5. ¿Puedes encontrarlos? Versículos ____ ____ ____ ____).
Adán hizo “MUCHO” (para mal), pero Cristo hizo “MUCHO MÁS” para el beneficio y la bendición del hombre. Por la ofensa de Adán MUCHOS MURIERON. En la caída de Adán todos pecamos y en la muerte de Adán todos morimos.
Note la preciosa expresión “EL DON”. La salvación/justificación es un don gratuito, pero no es barato. Fue adquirido a un costo infinito (1 Co. 6:20; 1 Pedro 1:18-19).
La ofensa de Adán trajo desastre y muerte sobre la raza humana (“la muerte pasó a todos los hombres” – v.12), pero el don gratuito que ofrece el Cristo crucificado y resucitado trae perdón y vida a todos los que quieran recibir el don. Por causa de la ofensa de Adán todos los hombres mueren (v.15—aquí hay un ejemplo importante de que “MUCHOS” es igual a “TODOS”), pero por medio de la muerte de Cristo el benevolente don de Dios de la vida y la justicia es ofrecido a todos.
“Abundaron” = rebosa, desborda. Esta es una referencia a la exuberante, superabundante gracia de Dios (v.20-21). Comparar v.12 - “pasó” o se extendió. El pecado y la muerte se extendieron a todos los hombres. El bondadoso don de Dios rebosó MUCHO MÁS sobre todos.
16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó, porque, ciertamente, el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.
A causa de un solo pecado: otra posible traducción: por un solo hombre.
En este versículo hay un contraste entre “un pecado para condenación” y “muchas transgresiones para justificación”. Por una ofensa de Adán vino el juicio. El remedio exigió que MUCHAS OFENSAS fuesen puestas sobre Cristo cuando ÉL murió en la cruz. Una sola ofensa de Adán trajo juicio y condenación sobre la humanidad. Lo que Cristo hizo es mucho más grande, porque Él proveyó un camino para que MUCHAS OFENSAS pudieran ser borradas.
17 Si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
La palabra “abundancia” está relacionada con la palabra “abundaron” del versículo 15. La gracia de Dios es superabundante y profusa. El don gratuito ha sido provisto para todos los hombres, pero todos los hombres tienen una responsabilidad. Ellos tienen que RECIBIRLA. “Recibir” es una palabra de fe (ver Juan 1:12).
Por causa de Adán ha reinado la muerte (los numerosos cementerios dan testimonio de ésto). Por causa de Cristo, los creyentes reinan (literalmente ellos “reinan como reyes”).
18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación que produce vida.
Cita: 1 Corintios 15.22.
Adán pecó, Adán murió y pasó la muerte a todos los hombres. Cristo, por contraste, vivió justamente, venció la muerte y pasó la vida a todos los que creen en él como Salvador.
Ahora consideremos el asunto de Enoc. Enoc vivió en el periodo entre Adán y Moisés, es decir antes que la ley de Moisés esté en vigencia. Pero ya quedó claro que el hombre no es pecador porque viola la ley de Moisés sino porque su naturaleza es pecaminosa y esa naturaleza pecaminosa tuvo su origen en Adán. A todas luces entonces, Enoc fue pecador y por ser pecador estaba sujeto a la muerte. Pero con Enoc sucedió algo que no es común en todos los pecadores. Note lo que dice Génesis 5:22;
"Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas."
La época en la que vivió Enoc fue un tiempo de total decadencia espiritual. Génesis 6:5 dice al respecto:
"Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal."
Pero a pesar de vivir en un mundo sumido en el fango de pecado, la Biblia declara que Enoc caminó con Dios. Interesante esta afirmación. Dios no camina con hombres entregados a cometer pecado. Entonces podemos decir perfectamente que Enoc debió haber sido un hombre transformado de pecador condenado a pecador redimido. Enoc debe haber reconocido que es pecador y que está en camino a su condenación y debe haber confesado su pecado a Dios y debe haber buscado perdón para su pecado en Dios. Enoc fue ciertamente un hombre de fe. Su fe era una fe viva. Lo sabemos porque dice la Escritura que Enoc caminó con Dios. Esto significa que Enoc vivió un estilo de vida conforme a las demandas de Dios.
No es extraño que haya sucedido lo que relata la Biblia cuando afirma que Enoc desapareció porque le llevó Dios. Enoc no tuvo que saborear la muerte como los demás contemporáneos suyos. Enoc es un vencedor de la muerte. Todo fue por fe. Esto es lo que registra en forma magistral el autor del libro de Hebreos cuando en Hebreos 11:5 dice:
"por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios."
Enoc tuvo victoria sobre el reino de la muerte, por la fe y por eso no padeció la muerte. En este sentido Enoc es un símbolo o un tipo de los creyentes que estarán vivos cuando venga Jesucristo en las nubes para llevar a su iglesia en lo que se llama el Rapto o el Arrebatamiento. Estos creyentes también, como Enoc, serán transpuestos al cielo sin pasar por la muerte. Esto, como resultado de su fe en Cristo, la misma fe que tuvo Enoc, la cual le permitió caminar con Dios. Todos los descendientes de Adán son pecadores y esclavos del reino de la muerte.
Pero algunos de ellos han logrado su libertad del dominio de la muerte, por la fe en Cristo, por medio de quien son vencedores de la muerte. Enoc fue uno de ellos. Elías fue otro. Los creyentes que estén vivos cuando Jesucristo venga a arrebatar a su iglesia son otros. Los creyentes que tengan que pasar por la muerte, también son vencedores de la muerte, porque al igual que Jesucristo, a ellos también les espera la resurrección gloriosa.
“Por la justicia de uno” = por el acto de justicia de Uno (es decir, el justo acto de Cristo de morir en la cruz).
El don gratuito vino para todos los hombres (la obra de Cristo en la cruz fue hecha a favor de toda la raza humana), pero, lamentablemente, no todos los hombres la reciben (v.17).
19 Así como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos.
Cita: Isaías 53.11.
“Fueron constituidos” = llegaron a ser, fueron hechos. Todos los que están en Adán son pecadores; todos los que están en Cristo son justos. Por nuestro nacimiento físico estamos en Adán; por el nuevo nacimiento estamos en Cristo.
“La obediencia de Uno” –esto no se refiere a Su vida de obediencia en general, sino a Su acto de obediencia de ir a la cruz (Filipenses 2:8; Mateo 26:42; y comparar con Hebreos 5:8). El acto de desobediencia de Adán se centró alrededor de un árbol (Génesis 2:16-17) y el acto de obediencia de Cristo se centró alrededor de un árbol (1 Pedro 2:24).
El Cumplimiento Vicarial De La Ley Este versículo (Romanos 5:19) es a menudo mal interpretado por quienes no entienden que la obediencia de la cual se habla aquí, es la obediencia de Cristo a la voluntad del Padre de ir a la cruz (Filipenses 2:8). En primer lugar, reconocemos que el Señor Jesucristo vivió una vida perfecta y sin pecado y que ÉL obedeció perfectamente los mandamientos de Dios y que siempre hizo aquellas cosas que agradaban al Padre. Él era el inmaculado e impecable Cordero de Dios. Sin embargo, la justicia con la cual somos justificados no proviene del Jesús terrenal; llega a ser nuestra por causa del Hijo de Dios resucitado y glorificado y por nuestra unión con ÉL. Rogamos notar que Romanos 4:25 no dice: “que fue entregado por nuestras transgresiones y que obedeció la ley para nuestra justificación”. La teología reformada, como sucede a menudo, tiene a Cristo en el lado equivocado de la cruz. No encontramos nuestra justicia en la ley ni tampoco en Cristo guardando la ley, sino encontramos nuestra justicia solo EN ÉL, el Cristo resucitado (2 Corintios 5:21). Nuestra posición justificada en Cristo se debe al hecho de que hemos sido UNIDOS al Cristo resucitado y ÉL ha llegado a ser nuestra justicia (1 Corintios 1:30). |
20 La Ley, pues, se introdujo para que el pecado abundara; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia,
La Ley... se introdujo: Se refiere al hecho de que la Ley de Moisés vino mucho después del pecado.
Citas: Romanos 3.19. 3.20; 4.15; Gálatas
“Se introdujo” = se añadió. ¿Por qué se añadió la ley? ¿Por qué se agregó la ley (comparar Gálatas 3:19)? “Para que el pecado ABUNDASE”. La ley hace que el pecado se vea peor. La ley da al pecado el carácter adicional de trasgresión y hace aparecer el pecado aún más pecaminoso (Romanos 7:13). Piensa en un lente de aumento y sustituye la palabra “abundar” por “aumentar”: “Pero la ley se introdujo para que el pecado aumentase. Mas cuando el pecado aumentó, la gracia aumentó mucho más”. La ley aumenta el pecado. El pecado aumenta la gracia. La gracia de Dios brilla con mayor fulgor frente al negro telón del pecado. “Admirable gracia, cuán dulce canto, que salva a un miserable como yo”. ¿Por qué permitió Dios que el pecado entrara en Su universo? Una razón (entre otras) es para que ÉL pudiera mostrar MUCHO MÁS de Su gracia. DONDE EL PECADO ABUNDÓ, SOBREABUNDÓ LA GRACIA. Donde el pecado abundó, la gracia se desbordó completamente.
21 porque así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reinará por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
Romanos 6.23. Pablo presenta aquí el pecado como si fuera una persona capaz de reinar o dominar, y en los capítulos. 6 y 7 lo considera como un amo o dueño que esclaviza a sus víctimas. Igualmente, personifica la gracia de Dios. En el pasaje que comienza en Romanos 6.18, la justicia aparece personificada también como un amo bondadoso.
Al comienzo de esta sección estaban reinando el pecado y la muerte; ahora está REINANDO LA GRACIA. “Para que así como el pecado reinó para muerte, así la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”. Este versículo desarrolla el gran objetivo de Dios: que la Gracia tenga un reino en donde la Muerte había tenido el suyo, y eso naturalmente, por la justicia, es decir, que todas las demandas divinas debían ser primero justamente satisfechas en la cruz, y que así todo fuera “por medio de Jesucristo nuestro Señor” .
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