Pablo procede a demostrar a través de Abraham y David cómo la ley y los profetas son testigos de la justificación por fe. Se toma a Abraham desde el Pentateuco, los libros de la ley; David desde los Salmos, los cuales son vinculados a los profetas.
Las PALABRAS CLAVE de Romanos capítulo 4 son “creer” y “fe”. Estas palabras se encuentran en Romanos 4, versículos 3, 5, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 19, 20 y 24. La justificación es por fe y no por obras. ¿Cómo sabemos ésto? El Antiguo Testamento lo pone de manifiesto (como se demuestra por Abraham y David).
El ejemplo de Abraham
1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?
¿Cómo fue justificado Abraham? ¿Cómo fue salvo? ¿Cómo obtuvo Abraham la justicia de Dios? ¿Cuál fue la verdad en su caso? ¿Qué encontró Abraham? ¿Qué descubrimiento hizo Abraham? Aplicación: ¿Has descubierto tú la justicia de Dios? ¿Has encontrado tú el camino de salvación de Dios? Tristemente, la mayoría de las personas nunca hacen este descubrimiento.
2 Si Abraham hubiera sido justificado por las obras, tendría de qué gloriarse, pero no ante Dios,
Para esclarecer el tema, “Supongamos que Abraham fue justificado por obras. Si esto fuera cierto, él tendría motivos para vanagloriarse”. Para ver como la vanagloria (alardear, alabarse, jactarse, enorgullecerse, presumir, creer en sus propios méritos, etc.) está totalmente excluida de la salvación genuina, ver Romanos 3:27 y Efesios 2:8-9. Hay una sola clase de gloriarse que es aceptable a Dios: GLORIARSE EN EL SEÑOR (1 Corintios 1:29, 31), es decir, dar todo el reconocimiento y toda la alabanza a Dios por lo que ÉL HA HECHO (enorgullecernos de nuestro SALVADOR).
Es obvio que ningún pecador se jactará jamás delante de Dios (ver 1 Corintios 1:29 y las últimas cuatro palabras de Romanos 4:2), de modo que es evidente que Abraham no puede haber sido justificado por obras.
Nota: ¿Cómo podemos saber si una persona se está vanagloriando en sí misma o en el Señor? ¿Cómo podemos saber si una persona está confiando en sí misma o en Cristo? A veces una pregunta cómo ésta puede ser reveladora: “SI ESTUVIERAS ANTE EL DIOS VIVO, QUE ES EXELSO EN SANTIDAD, Y ÉL TE DIJERA, ‘¿QUÉ DERECHO TIENES DE ESTAR EN MI SANTA PRESENCIA?' ¿QUÉ LE DIRÍAS?” Escucha la respuesta con atención y ve si la persona está confiando en SÍ MISMA o si está confiando en JESUCRISTO.
3 pues ¿qué dice la Escritura?: «Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia.»
Génesis 15.6 (citado también en Romanos 4.9, 22 y en Gálatas 3.6; Santiago 2.23). Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia: Aquí, el texto griego usa un verbo que en contabilidad significa acreditar o asentar en la cuenta o tomado en cuenta.
¿Abraham fue salvo (justificado) por obras o por fe? Esta pregunta es crucial. Todas las religiones del mundo enseñan algún tipo de SALVACIÓN POR OBRAS – que el hombre tiene que hacer ciertas cosas y que el hombre tiene que cumplir ciertos requisitos para ser salvo y ganarse el favor de Dios. El camino de salvación de Dios es totalmente diferente. El hombre ha fallado completamente en alcanzar los justos requisitos de Dios (Romanos 1-3), pero Dios, por medio de Cristo, ha hecho posible que el hombre pecador sea salvo y sea justificado.
Este versículo enseña que LA BIBLIA es la única autoridad en materia de fe y de práctica. La Biblia y solamente la Biblia da respuesta a las preguntas más importantes de la vida. “¿QUÉ DICEN LAS ESCRITURAS?” ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? Esto es lo único que realmente importa. No importa lo que diga el papa o el sacerdote o el pastor o el maestro biblico o el teologo. Lo único importante es lo que Dios dice.
¿Por qué escogió Pablo a Abraham como el primordial ejemplo de cómo una persona es salva? Abraham es estimado grandemente por millones de personas en el mundo entero. Para los judíos, él es su más notable y distinguido patriarca, el padre de la nación judía. Para los musulmanes, él es igualmente apreciado, porque Abraham es el padre de Ismael quien es el padre de los árabes. “¿Alguien ha compartido con usted alguna vez cómo Abraham llegó a ser un hombre justo?”
¿Cómo fue justificado Abraham? La Biblia responde a ésto con mucha claridad. Pablo cita Génesis 15:6. Esta Escritura enseña claramente que Abraham fue justificado POR FE. “El creyó a Dios” y así fue justificado. Este versículo no dice absolutamente nada sobre obras. ¿Cómo es salva una persona hoy? Ver Efesios 2:8-9 (igual como Abraham). Todos los hombres en todos los tiempos siempre han sido salvos de una sola manera: “POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE.” Sin embargo, el contenido de la fe no ha sido siempre el mismo. Por ejemplo, ¿qué tenía que creer Abraham para ser salvo (ver Génesis 15:5 y compare con Génesis 12:1-3)? ¿Qué tienen que creer las personas hoy para ser salvas (ver Gálatas 2:20; Romanos 10:9; 1 Corintios 15:1-4, etc.)?
¿QUÉ TIENE QUE HACER UNA PERSONA PARA SER SALVA? – Esto ha sido lo mismo en todo tiempo. Tienes que creer a Dios y tienes que tomar a Dios por Su Palabra. Tienes que confiar en Dios. La salvación es por fe. La salvación está basada siempre y para siempre en la sangre derramada de Cristo.
¿QUÉ TIENE QUE CREER UNA PERSONA PARA SER SALVA? –Dios no ha revelado la misma verdad a cada generación. Toda persona es responsable por la revelación que Dios le ha dado.
De acuerdo con Romanos 4:3, Dios contó la fe de Abraham por justicia. De esto se trata la justificación. Por ejemplo si decimos “Yo creo en el Señor Jesucristo con todo mi corazón. ÉL ha muerto y ha resucitado por mí.” Dios toma en cuenta lo que has dicho. Se cuenta eso como justicia. Y solamente sobre esa base se puede ser justificado.
¿Has considerado alguna vez la maravilla de 2 Corintios 5:21? ÉL tomó mi pecado y yo tomo Su justicia.
4 Pero al que trabaja no se le cuenta el salario como un regalo, sino como deuda;
Se le cuenta: literalmente se le acredita (se conserva así la imagen del versículo 3).
Este versículo describe a la persona que obra. El versículo siguiente (v.5) describe a la persona que no obra (el creyente). La persona que obra (v.4) espera una recompensa para su obra. El cree que con sus buenas obras puede ganar la salvación y el favor de Dios. Note el contraste en estos versículos:
El Sistema de Obras | El Camino de la Fe |
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Si Dios nos diera lo que merecemos, ¿qué sería eso (Romanos 6:23; 1:29-32; etc.)? Dios no nos debe la salvación, pero ÉL nos da la salvación por Su gracia por medio de Cristo. Por sus obras el hombre pecador solo se ha ganado condenación y castigo y muerte eterna.
5 pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Se plantea un contraste respecto del ejemplo del pago merecido (versículo 4). El versículo 6 mantiene la misma imagen.
La mayoría de la gente hoy cree que la manera de salvarse es “SER BUENA”. Ellos creen y enseñan que la salvación se gana siendo buenos (de acuerdo a cualquier concepto de “bueno” que tengan). Romanos 4:5 enseña que el camino para ser salvo no es ser bueno, sino es creer. Nadie de nosotros es lo “suficientemente bueno” como para alcanzar el nivel de santidad y perfecta bondad que Dios requiere.
“Señor, yo no soy bueno. No soy recto. No soy santo. No soy justo. Soy un pecador culpable, sin defensa y sin esperanza. Mi única esperanza es venir ante un Dios bondadoso y misericordioso. Yo creo en tu Hijo, el Señor Jesucristo y creo que ÉL derramó Su sangre por mí y que pagó totalmente la pena del pecado. Confío en Ti para salvarme y para hacer de mí la persona que debo ser. Puedo ser bueno, pero sólo por Tu gracia salvadora”.
“Mas al que no obra” – Cuando una persona no está obrando, está descansando. La salvación (justificación) no es obrar, sino es DESCANSAR sobre la obra de Otro (la obra consumada por Cristo en la cruz – Juan 19:30). La fe en Cristo del creyente le es contada por justicia (tal como en el caso de Abraham –versículo 3).
Muchas personas no son salvas porque no se ven a sí mismas como IMPÍAS, y así ellos no ven la necesidad de ser salvos. Necesitamos vernos tal como Dios nos ve. ¿Cómo te describe Dios en Romanos 5:6? ¿En Romanos 5:8? ¿En Romanos 5:10?
De manera que en Romanos 4:4-5 hay un gran contraste entre quienes OBRAN y quienes NO OBRAN (creyentes). Hay una diferencia cielo/infierno entre los dos grupos. Toda la gente religiosa del mundo pueden ser descritos por la palabra “HACER”. Esta sola palabra resume su religión de obras. Ellos están tratando de hacer ésto y aquello para ganarse la aceptación de Dios. El cristianismo bíblico (el camino de salvación de Dios) puede resumirse en una palabra “HECHO”. “Mi alma descansa completamente sobre lo que Cristo ha HECHO en la cruz por mí”. ¿Cuál palabra te describe a ti? ¿Estás ocupado HACIENDO o estás descansando en la obra acabada de Jesucristo que ya ha sido HECHA?
En Romanos 4:5 dice que Dios justifica al impío, pero proverbios 17:15 dice que el que justifica al impío es abominación a Jehová. ¿Cómo puede ser esto?.
Comencemos por dar lectura al texto que se encuentra en proverbios 17:15 donde dice:
"El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a Jehová."
Para entender lo que este proverbio dice es necesario pensar en un juez injusto. ¿Qué es lo que hace injusto a un juez? pues absolver al culpable, o al impío y condenar al inocente o al justo. Ambas cosas son abominación a Jehová. En la versión Dios habla hoy, lee este proverbio de la siguiente manera:
"perdonar al culpable y condenar al inocente son dos cosas que no soporta el Señor."
¿Ve Usted el asunto? Ahora vamos a la otra cita mencionada por Usted. Se encuentra en Romanos 4:5 pero para incluir el contexto, leamos desde el versículo 1 hasta el versículo 8, donde dice:
"¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado."
Como bien podrá Usted notar aquí, Dios no está absolviendo a un culpable así como lo haría un juez corrupto. Lo que está pasando es que Dios esta viendo el corazón de un culpable y allí en ese corazón existe fe para reconocer que Cristo recibió en la cruz el castigo que ese pecador culpable merecía por su pecado. Por esta fe, Dios perdona a ese pecador.
La Biblia por tanto declara: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas. Así es como Dios justifica al impío que cree en Cristo como su Salvador. No es que Dios se hace de la vista gorda para dejar pasar el pecado del impío. Dios tuvo que pagar con la vida de su Hijo unigénito, para poder perdonar los pecados del hombre y de esa manera justificar al impío. ¿Ve Usted la diferencia?.
6 Por eso también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
La palabra “imputar” significa atribuir, adjudicar, asignar, poner a la cuenta de una persona. La Biblia menciona
TRES GRANDES IMPUTACIONES
Los dos primeros son hechos. El tercero llega a ser verdad sólo por fe (ver Romanos 5:17). |
7 diciendo:
«Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,
y cuyos pecados son cubiertos.
Cubrir es un término usado en el Antiguo Testamento con el significado de perdonar. Otra posible traducción: cuyos pecados han sido pasados por alto.
8 Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de pecado».
¿Cómo fue salvo David? ¿Por guardar la ley de Dios? ¡NO! En realidad David fue un quebrantador de la ley (ver 2 Samuel 11 — un adúltero). David fue salvo igual como Abraham fue salvo y de la misma manera en que la gente es salva hoy en día: POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE (Efesios 2:8-9). Estos versículos muestran que David fue justificado (la justicia de Dios le fue imputada) igual que Abraham. David fue justificado “sin (totalmente aparte de) obras” (v.6). La expresión idéntica, “sin obras” se encuentra en Romanos 3:28.
Una vez más, Pablo recurre a las Escrituras para probar su punto. El cita el Salmo 32:1-2 que fue escrito por David. Note que la maravillosa doctrina de la justificación incluye también la gloriosa verdad del PERDÓN. El perdón es descrito aquí de tres maneras:
- La iniquidad (maldad, perversidad) ha sido perdonada.
- Las trasgresiones (que son muchas y son grandes) han sido cubiertas.
- El pecado (del cual soy verdaderamente culpable) NUNCA será cargado a mi cuenta (la doble negación en griego se usa para recalcar la negación: “NUNCA JAMÁS”).
Note el énfasis en la palabra BIENAVENTURADO (FELIZ). Ver Romanos 4:6, 7, 8, 9. La llave para la verdadera felicidad no es riqueza ni éxito ni popularidad o realización intelectual o poder o cualquier otra cosa que la gente se esfuerza por alcanzar. La persona que es realmente bienaventurada y feliz, es la persona que por fe en Jesucristo SABE que sus pecados han sido completamente cubiertos y perdonados. Sabe que todo está bien entre él y su Creador.
¿Alguna vez has considerado la plenitud y la maravilla del perdón de Dios hecho posible solamente por la cruz de Cristo? Considera los pasajes siguientes:
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¿Dónde estaríamos si no hubiera tal cosa como el perdón divino? ¡Cuán maldito es el hombre a quien el Señor inculpa de pecado (compare Romanos 4:8)! ¡Cuán terrible es el pensamiento de una persona muriendo EN SUS PECADOS (ver Juan 8:21, 24)! ¿Qué sucedería contigo si Dios tratara contigo según tus pecados, es decir, te diera el castigo que tus pecados merecen (Salmo 103:10)? ¿Qué te sucedería si Dios te recompensara de acuerdo a tus iniquidades (Salmo 103:10)? ¿No es mejor dejar que Dios trate contigo según SU gracia y misericordia (Salmo 103:8)? Si el Señor mirare a los pecados, ¿quién podrá mantenerse (Salmo 130:3)? Si se hiciera estricta justicia y Dios escrutara tu vida y recordara cada pecado y te procesara, ¿cómo te las verías? ¿Estás agradecido por el Salmo 130:4? ¿Has experimentado tú personalmente el perdón de Dios?
Hay una lápida que tiene una sola palabra en ella: PERDONADO. Esa palabra es lo más importante que pueda decirse de la persona. El perdón solo se encuentra en Jesucristo (Efesios 1:7).
9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.
Circuncisión = los judíos
Incircunsición = los gentiles
¿Quién recibe la bendición de la justificación de Dios? ¿Quién se beneficia de la bienaventuranza del perdón de los pecados? ¿Esta bendición es sólo para los judíos o es también para los gentiles? [Un judío es alguien que desciende de Abraham, Isaac y Jacob; gentil es todo aquel que no es judío]. Cuando se trata de justificación y perdón, ¿tienen los judíos un monopolio? Uno podría pensarlo así dado los hombres que Pablo cita como ejemplos: Abraham es considerado el padre de los judíos y David era el rey más famoso de los judíos. ¿Qué de los gentiles? ¿Hay alguna bendición para ellos? Pablo responde esta pregunta en otra parte del libro de Romanos: ver Romanos 3:22 (la justificación de Dios es para todo aquel que cree) y Romanos 3:29 y Romanos 10:12-13.
10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión.
Pablo hace una pregunta importante en el versículo 10: Cuando Abraham fue justificado (en Génesis 15:6), ¿él era un judío o un gentil? ¿El estaba circuncidado o incircuncidado? Qué fue primero, ¿su salvación o su circuncisión? La respuesta es muy obvia. Abraham fue salvo (Génesis 15) mucho antes de ser circuncidado (Génesis 17:24). De hecho, después que Abraham fuera salvo nació su hijo Ismael (Génesis 16:11) y este niño tenía 13 años de edad cuando Abraham fue circuncidado (Génesis 17:25). De modo que Abraham fue justificado y luego, más de 13 años después, él fue circuncidado.
11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo cuando aún no había sido circuncidado, para que fuera padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;
Cita: Génesis 17.10, 23-27.
12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
La circuncisión significa dos cosas: 1) UNA SEÑAL – las señales están para indicar algo, y en este caso, la circuncisión indicaba hacia la fe que Abraham tenía y hacia la justicia que se le acreditaba; 2) UN SELLO—los sellos se utilizaban en el mundo antiguo para demostrar que un documento era auténtico (si recibías una carta del rey y ésta traía el sello del rey, sabrías que era un documento genuino y que no era una carta falsificada). La circuncisión de Abraham indicaba la autenticidad y realidad de su fe. Abraham no fue justificado porque fue circuncidado; él fue circuncidado porque había sido justificado. Lo mismo es válido hoy en día con el bautismo en agua. Un hombre no es salvo porque ha sido bautizado en agua; él es bautizado en agua porque ha sido salvo. No es el rito el que hace justo a un hombre ante los ojos de Dios. Primero tienes que estar bien ante los ojos de Dios (por fe) y luego, lo apropiado es el bautismo.
Abraham es el padre de TODOS LOS QUE CREEN (Romanos 4:11). El es el padre de los fieles. Todo verdadero creyente puede decir, “Abraham es mi padre y yo soy su hijo”. Todo creyente gentil puede decir ésto (Romanos 4:11) y todo creyente judío puede decir ésto (Romanos 4:12). Los judíos incrédulos pueden alegar una descendencia física, pero cuando se trata de la fe, ellos no llevan la marca de la familia (ver Mateo 3:7-10 y Juan 8:33, 37, 38, 39-44). Los hijos deberían parecerse a sus padres, y los incrédulos no se asemejan espiritualmente a Abraham, que era un creyente.
Los otros pasajes que enseñan que Abraham es el padre espiritual de los creyentes son Romanos 4:16 y Gálatas 3:7, 8, 9, 14, 26-29 (los que pertenecen a Cristo por fe son la simiente de Abraham) y compare Lucas 19:9. El relato de Lucas 16:19-31 es muy interesante a la luz de lo que acabamos de aprender. ¿Quién es el “Padre” (Lucas 16:24) que es visto en el paraíso? De hecho, el nombre mismo de ese lugar es llamado “el seno de Abraham” (v. 22). Ese es el lugar al cual van los creyentes y Abraham es el padre de los creyentes. La tragedia es que el hombre rico nunca conoció a Abraham como a su padre espiritual (v. 24). El era rico, pero no era rico en fe (comparar Santiago 2:5).
Físicamente, Abraham no era solamente el padre de los judíos (los que vienen de Isaac y Jacob), sino también era el padre de los que vienen de Ismael (los árabes) y de los que vienen de Esaú (los edomitas). Espiritualmente, Abraham es el padre de todos los que creen, tanto judíos como gentiles. Génesis 22:17 quizás sea una referencia tanto a su descendencia terrenal o física (“arena”) como a su simiente celestial o espiritual (“estrellas”). O también puede ser dos maneras distintas de decir la misma cosa – que la descendencia de Abraham sería innumerable.
La promesa realizada mediante la fe
13 La promesa de que sería heredero del mundo, fue dada a Abraham o a su descendencia no por la Ley sino por la justicia de la fe,
Pablo desarrolla el tema de los versículos 1-12, y concluye que los verdaderos descendientes de Abraham son todos aquellos que tienen fe en Jesucristo, sean o no judíos. Heredero del mundo: Génesis 17.4-6; 22.17-18; Gálatas 3.29.
Recuerda el contexto. La palabra clave del capítulo es “fe” (“creer”). Hijos de Abraham son “todos aquellos que creen” (v.11). Necesitamos tener el parecido familiar. Tenemos que seguir las pisadas de la fe de Abraham (v. 12). Debemos creer como él creía. Necesitamos tomar a Dios por Su Palabra tal como lo hizo Abraham (v.3).
Heredero = poseedor
La promesa mencionada en el versículo 13 no se encuentra con exactamente las mismas palabras en ninguna parte del Antiguo Testamento. En ninguna parte del Antiguo Testamento Dios dice, “Abraham, tú serás el heredero del mundo”. No hay tal versículo. Esta es la manera de Pablo de describir las bendiciones y las riquezas que pertenecerían a Abraham y a su simiente.
Note que esta promesa no es sólo para Abraham, sino también para toda su descendencia (ver v. 13 y v. 16 – “para toda su descendencia”). De modo que la promesa es para Abraham y para todos sus hijos espirituales (“todos los creyentes” –v.11). La promesa es que Abraham y todos los creyentes serán herederos del mundo y que poseerán la tierra.
Ver Mateo 5:5 – “los mansos heredarán la tierra” (“manso” no significa débil; se refiere a una persona que ha sido quebrantada y que se ha sometido a la voluntad de Dios). Ver Mateo 25:34—cuando Cristo regrese a la tierra, algunos heredarán el reino. Lo poseerán y lo disfrutarán. Otros estarán excluidos (ver v. 41).
Ver Lucas 13:27-29. Algunos están en el reino (incluidos) y otros estarán fuera (excluidos). Abraham y otros creyentes están incluidos. Ellos poseerán el mundo y disfrutarán el reino. Los que no son de la simiente de Abraham (los incrédulos) no serán herederos (ellos serán excluidos del reino).
La verdadera Simiente de Abraham es nadie menos que el Señor Jesucristo (ver Gálatas 3:16). Es Jesucristo (el Mesías de Dios, el Rey ungido de Dios—Salmo 2:1-2) quien poseerá la tierra de acuerdo con el Salmo 2:8 (comparar también v. 12). La tierra le pertenece a ÉL. Es Su Reino. Abraham y toda su descendencia espiritual (creyentes) compartirán las bendiciones de este reino.
De modo que la expresión “herederos del mundo” significa esencialmente “participar del reino de Cristo”. De acuerdo con Romanos 4:13, ¿cómo llega una persona a ser participante del reino? ¿Cómo llega una persona a ser heredero del mundo? No por medio de la ley, sino por medio de la fe. La fe opera bajo un principio totalmente diferente: Dios da y yo recibo. No merezco nada de ello, pero Dios me da lo que no merezco (eso es gracia).
14 porque si los que son de la Ley son los herederos, vana resulta la fe y anulada la promesa.
Cita: Gálatas 3.18.
A modo de argumento, Pablo asume algo que no es verdad. Aquí hay grandes contrastes: la ley o la gracia; las obras o la fe; el sistema de méritos o la dádiva y el inmerecido favor de Dios; cumplir la ley de Dios o creer en la promesas de Dios. La ley requiere obediencia perfecta; la salvación requiere de la gracia y de la misericordia de Dios. El camino de la ley está basado en los mejores esfuerzos del hombre, que nunca son suficientes; el camino de la fe se basa en la obra acabada de Cristo en la cruz (Juan 19:30), que es totalmente suficiente. La ley de Dios condena absolutamente al mejor hombre; la asombrosa gracia de Dios justifica gratuitamente al peor de los hombres. Por la ley el pecador está condenado y bajo la ira de Dios, por la gracia, el pecador es salvo y está bajo las alas de Dios. La ley y la gracia siempre son principios opuestos (ver Romanos 11:6).
Si los que son de la ley son los herederos, entonces no es mi fe lo que cuenta, sino lo que cuenta son mis obras. Tengo que ganarme el camino al reino por mis obras y por mi obediencia a la ley. Por supuesto, llegar a ser salvo por la ley es totalmente imposible (ver Lucas 10:25-28—“haz esto y vivirás”, pero ningún pecador es capaz de hacer jamás estas cosas). De modo que la promesa quedaría sin efecto. Nadie podría ser heredero y nadie podría entrar en el reino. Todos los injustos violadores de la ley quedarían excluidos (comparar 1 Corintios 6:9-10 y Efesios 5:5).
15 La ley produce ira; pero donde no hay Ley, tampoco hay transgresión.
La desobediencia a la Ley lleva a la ira (Romanos 1.18); el tema se desarrolla en Romanos 5.13.
La ley solo produce ira. La ley solo puede acarrear una maldición, no una bendición (Gálatas 3:10). ¿Por qué? Por mi condición de pecador. Un pecador no puede cumplir la santa ley de Dios, por lo cual soy un violador de la ley. La ira de Dios tiene que caer sobre mí. Los quebrantadores de la ley merecen la muerte. Los que guardan la ley, merecen la vida, pero ¿cuántos de nosotros hemos realmente guardado la santa ley de Dios, perfectamente, todos los días de nuestra vida?
La ley no trae justicia ni bendición ni herencia, sino sólo trae la ira de Dios. Si el hombre pudiera guardar la santa y perfecta ley de Dios, entonces la ley traería vida y bendición (Lucas 10:28). La ley produce ira, porque el hombre pecador quebranta la ley. Donde hay ley, hay trasgresión, y donde hay trasgresión, tiene que venir la ira de Dios. La ley produce ira, condenación y muerte (comparar 2 Corintios 3:7, 9). Cuán torpes son aquellos que quieren ponerse bajo las imponentes demandas de la santa ley de Dios. Pablo dice que ni siquiera esas personas guardan la ley (Gálatas 6:13). Pedro está de acuerdo con Pablo (Hechos 15:9-11). El Señor Jesús dijo, “Ninguno de vosotros cumple la ley” (Juan 7:19).
16 Por eso, la promesa es fe, para que sea por gracia, a fin de que sea firme para toda su descendencia, no solamente para la que es por la Ley, sino también para la que es de la fe de Abraham. Él es padre de todos nosotros,
Gálatas 3.7. Su descendencia: es decir, los que tenemos fe, judíos y gentiles.
La primera parte de este versículo puede parafrasearse como sigue: “Por cuanto la ley no puede producir otra cosa sino ira, es (la herencia prometida) por fe, para que sea por gracia (la dádiva gratuita de Dios para los pecadores que creen)”.
La justificación por las obras de la ley depende del hombre y tiene que fallar, porque el hombre es un pecador. La justificación por gracia depende sólo de Dios y de la obra acabada de Cristo. Y no puede fallar, porque Dios no puede fallar.
“Sea firme” – Es una cosa segura. La promesa es SEGURA para todo creyente, sea judío o gentil (4:11; 4:16). Bendita seguridad. Todo creyente debería poder decir, “estoy seguro que la herencia prometida es mía. Estoy seguro de ser un heredero (ver el análisis bajo Romanos 4:13).
Abraham es el padre de todo aquel que cree (4:11), sea judío o gentil (4:11; 4:16). El es el “padre de muchas gentes” (4:17). El es el padre espiritual de aquellos que creen de todo linaje y lengua y pueblo y nación (cf. Apocalipsis 5:9).
Si la promesa fuera por la ley, estaría limitada a los judíos, porque a ellos fue dada la ley (ver Romanos 9:4). Pero la promesa fue por gracia, para que todos los creyentes (sean judíos o gentiles) pudieran poseer y disfrutar la promesa
17 como está escrito: «Te he puesto por padre de muchas naciones». Y lo es delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran.
Citas: Génesis 17.5.
Note que la primera parte de este versículo es un paréntesis. De modo que la última parte del versículo 16 debería conectarse a lo que sigue al paréntesis: “. . .Abraham, quien es padre de todos nosotros delante (a los ojos de) Dios, a quien (Abraham) creyó, el cual (Dios) da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen”.
La cita que está entre paréntesis se encuentra en Génesis 17:5. Esta asombrosa declaración se encuentra en tiempo pretérito (no “te pondré” sino “te he puesto”). Dios lo dice como si fuera un hecho consumado. En la mente de Dios ya ha sido hecho. Históricamente, Isaac aún no existía cuando Dios dijo estas palabras. En Romanos 8:30 hay un ejemplo similar –“a éstos también glorificó”. En la mente y en el propósito de Dios ya es un hecho.
Abraham puso su fe en un Dios imponente. El se acercó a Dios creyendo que DIOS ES (comparar Hebreos 11:6). El creyó que Dios es un GRAN DIOS que puede hacer dos cosas asombrosas:
- QUE DA VIDA A LOS MUERTOS. Dios puede hacer vivir a los que están muertos. Abraham y Sara estaban muertos en el sentido de que ellos no podían dar vida (ver Romanos 4:19 y Hebreos 11:11-12). De la estéril matriz de Sara Dios trajo vida. Luego, cuando a Abraham se le dijo que matara a su único hijo Isaac, él sabía que Dios volvería a dar vida a su hijo muerto, porque sabía que Dios tiene que cumplir Su promesa (Hebreos 11:17-19 y compare con Génesis 22:5). Isaac llegó a ser así un tipo de Cristo que fue ofrecido a la muerte y que fue devuelto a la vida (Hebreos 11:19 y Romanos 4:24-25). Hoy en día, Dios aún está ocupado en dar vida a los que están muertos (Efesios 2:1, 5; Juan 5:24; 6:47; 1 Juan 5:11-12; etc.).
- QUE LLAMA LAS COSAS QUE NO SON, COMO SI FUESEN. (ÉL da existencia a cosas que no son). Esto se refiere a las cosas que Dios ha determinado que sucedan, pero que todavía no se han cumplido. Dios nos dijo todo sobre Isaac antes de que él existiera históricamente. Dios anuncia lo por venir desde el principio (Isaías 46:9-11).
Deberíamos notar que la fe de Abraham se basaba en la promesa de Dios. La fe verdadera siempre está asentada sobre los hechos de la Palabra de Dios. Algunas personas piensan que si alguien espera algo con suficiente fe, eso sucederá (sin considerar si Dios lo dijo o no lo dijo). Esto no es verdadera fe bíblica (comparar Romanos 10:17).
18 Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia».
Citas: Génesis 15.5.
Si Abraham hubiese mirado a Sara y hubiese mirado su situación y sus circunstancias, habría tenido que decir, “ES IMPOSIBLE”. Las circunstancias eran totalmente contrarias y no había manera de que la carne pudiera producirlo (él no podía hacer nada para tener un hijo). Pero Abraham miró hacia el Dios omnipotente y afirmó su fe en las seguras promesas de Dios. Para el hombre es imposible (sin esperanza), pero con Dios todas las cosas son posibles. La Palabra de Dios y la promesa de Dios no pueden fallar.
19 Y su fe no se debilitó al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.
Citas: Génesis 17.17; 18.11; Hebreos 11.11-12.
“Muerto” = no estaba capacitado para dar vida (ver Hebreos 11:11-12). Desde el punto de vista físico, era imposible para ellos tener hijos. Estaban demasiado viejos (para ver su edad, ver Génesis 17:17).
20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció por la fe, dando gloria a Dios,
“No dudó” – Abraham no vaciló o titubeó o demostró alguna incertidumbre. El no dijo, “Dios cumplirá Su promesa, yo creo al menos que ÉL lo hará. . .espero que ÉL lo hará. . . quizás ÉL lo haga. . . ¿Lo hará?” Dios es glorificado cuando lo tomamos por Su Palabra. La incredulidad deshonra a Dios (ver 1 Juan 5:10). La promesa nunca falla, pero la fe falla cuando dudamos y titubeamos por causa de la incredulidad.
21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
Aquí hay una definición bíblica de la fe (comparar también Hechos 27:25). La persona que cree a Dios es la persona que está persuadida y convencida que Dios hará exactamente lo que ha prometido. DIOS PUEDE. (OMNIPOTENTE).
22 Por eso, también su fe le fue contada por justicia.
Citas: Génesis 15.6.
“Su fe” (ver Romanos 4:3, 5). Abraham fue justificado por fe. El recibió su justificación por fe (4:3), su herencia por fe (4:13) y su posteridad por fe (4:17-19). El no recibió nada por esfuerzo humano.
23 Pero no solo con respecto a él se escribió que le fue contada,
24 sino también con respecto a nosotros a quienes igualmente ha de ser contada, es decir, a los que creemos en aquel que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
Ahora Pablo presenta la aplicación. ¿Qué tienen que ver Abraham y su fe con la gente que vive hoy? El mismo Dios que salvó a Abraham es el mismo Dios que salva a los hombres hoy y ellos son salvos de la misma manera – “por gracia por medio de la fe” (Efesios 2:8-9). En todos los tiempos, Dios tiene una manera para salvar a los hombres. Yo debo ser justificado de la misma manera en que Abraham fue justificado. Su justificación debía ser el modelo para mi justificación. Tal como él creyó a Dios, debo hacerlo yo. Tal como él creyó que Dios puede sacar vida de la muerte, también debo hacerlo yo (v.24).
Hay algunas diferencias que debemos considerar. Abraham miraba hacia delante; nosotros debemos mirar hacia atrás. A Abraham se le dio una promesa incumplida; nosotros somos obsequiados con una obra acabada. Note el énfasis futuro de Romanos 4:18 –“ASÍ SERÁ” y contrástelo con el énfasis pasado de Romanos 4:25 – “EL CUAL FUE”. Lo primero indica hacia lo que Dios hará y lo otro señala hacia lo que Dios ha hecho.
Si NOSOTROS creemos en el Dios que levantó a Jesús nuestro Señor de los muertos, entonces nuestra fe nos es contada por justicia. [Usualmente, Cristo es presentado como el objeto de la fe salvadora, pero aquí lo es Dios el Padre. Para entender ésto, ver Juan 5:23-24 y Juan 12:44). El mismo Dios que sacó a Isaac de la muerte (primero en su concepción y luego, en figura, cuando fue ofrecido sobre el altar), es el mismo Dios que levantó a Jesucristo de la muerte.
25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
Citas: Isaías 53.4-5,12. Entregado por nuestras transgresiones: Romanos 8.32. 1 de Corintios 15.14.
Resucitado: Pablo destaca que la resurrección de Cristo es tan importante como su muerte, en su obra salvadora; el tema se amplía en Romanos 6.1-11. 1 de Corintios 15.14 y 15.17.
Aquí tenemos una completa presentación del evangelio (el evangelio en pocas palabras). Note que los dos grandes hechos del evangelio son la muerte y la resurrección de Cristo (comparar 1 Corintios 15:1-4). Cristo fue dado y entregado por Dios el Padre (Romanos 8:32) y ÉL fue resucitado otra vez por Dios el Padre (v.24).
Cristo fue entregado para llevar nuestro pecado con toda su culpa y su castigo.
Cristo fue resucitado para proveer al creyente un nuevo lugar y una nueva posición “en Cristo Jesús”, y sin esa nueva posición no podríamos tener ninguna rectitud y ninguna justicia.
Sin la resurrección no podría haber salvación ni justificación ni perdón (ver 1 Corintios 15:17). Romanos 4:25 no enseña que la cruz no tiene relación alguna con nuestra justificación. La Biblia enseña en otra parte con mucha claridad que la base de la justificación del creyente es la sangre derramada de Jesucristo (ver Romanos 3:24; 4:25; 5:9—“justificados por Su sangre”).
Tenemos una posición en un Cristo resucitado y EN ÉL somos perfectamente justos (1 Corintios 1:30 y 2 Corintios 5:21).
¿Qué es la Justificación?
1. Es la declaración hecha por Dios en el cielo concerniente a un hombre de que es justo a la vista de ÉL.
2. Dios justifica a un hombre sobre la base o fundamento de la “redención que es en Cristo Jesús” (3:24). Véase Romanos 5:6: somos “justificados por (o en) Su sangre”. La sangre es el medio o la causa productora; Dios, la Persona que actúa.
3. Dios ha obrado judicialmente al declarar culpable a todo el mundo (Romanos 3:19) y vuelve a obrar judicialmente en cuanto al pecador que llega a ser convicto de su culpa y de su incapacidad y cree que la Palabra de Dios, en cuanto al sacrificio expiatorio de Cristo, le es aplicable; llega así a ser “de la fe en Jesús” (3:26). El pronunciamiento judicial de Dios es ahora que el tal creyente aparece justo ante Sus ojos.
4. Justificar o declarar justo, es, como consecuencia, el acto por el cual Dios imputa al pecador creyente todo el valor de la infinita obra de Cristo en la cruz; además, es el acto por el cual une a este pecador creyente con el Cristo resucitado en gloria, dándole la misma aceptación que Cristo tiene delante de ÉL: de modo que el creyente ya es “la justicia de Dios en ÉL” (Cristo).
DIEZ ASPECTOS DE LA JUSTIFICACIÓN
1) La Necesidad de la Justificación
Romanos 3:10 – Nos falta la justicia que necesitamos.
Isaías 64:6 – La justicia que tenemos es inútil, no sirve.
1 Corintios 6:9-10 – Los injustos no heredarán el reino de Dios.
2) El Significado de la Justificación
“Justificar” – piensa en la palabra “recto”.
“Justificación” – piensa en la palabra “rectitud”.
“JUSTIFICAR” significa “declarar o pronunciar recto”. Es un término judicial (ver Deuteronomio 25:1).
“Justificar” no significa “hacer recto” (ver Lucas 7:29—la gente no “hizo” recto a Dios, ellos afirmaron que ÉL era recto).
Lo contrario de Justificación es CONDENACIÓN (Deuteronomio 25:1; Romanos 5:16-19).
3) El Problema de la Justificación
Romanos 3:26 -- ¿CÓMO PUEDE DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO JUSTIFICAR AL PECADOR CREYENTE? ¿Cómo puede un Dios justo justificar a una persona culpable e impía (Romanos 4:5)? Sin la cruz del Calvario no puede haber solución.
4) La Base de la Justificación
“Justificado por Su sangre” (Romanos 5:9).
Todas las demandas de la justicia divina han sido completamente satisfechas por la obra acabada de Cristo en la cruz.
5) La Fuente de la Justificación
“Justificados gratuitamente por Su gracia” (Romanos 3:24).
Todo es de Dios y todo es por gracia. No merecemos en absoluto el don de Dios de la justificación (comparar Romanos 5:15-16). El publicano no la merecía (Lucas 18:13-14) y los “impíos” no la merecen (Romanos 4:5).
Dios, en Su gracia, la proveyó, la ofrece a todos y la da a todo aquel que cree.
6) La Vía de la Justificación
“Justificado por fe” (Romanos 3:28; 5:1)
¿Cómo adquiere el pecador esta perfecta justicia? Se recibe “por fe”.
La base de la justificación del pecador es la muerte de Cristo y se la apropia por medio de la fe. El don gratuito de la justificación de Dios debe ser “recibido” personalmente (Romanos 5:17)
7) El Ejemplo de la Justificación
ABRAHAM es el principal ejemplo usado tanto por Pablo como por Santiago
(Génesis 15:6; Romanos 4; Santiago 2).
8) El Resultado de la Justificación
La perfecta justicia de Dios es puesta en mi cuenta (Romanos 4:3-5) de modo que yo soy perfectamente justo, no en mí mismo (aún soy un pecador), sino “EN CRISTO JESÚS” (2 Corintios 5:21; 1 Corintios 1:30).
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