Por Carlos Rey
Imagen por barnyz
«Estoy casada hace veintidós años…. Todo el tiempo mi esposo me dice que él tiene que obligarme para tener intimidad conmigo… [y] que soy fría…. Tomé la decisión de amarlo incondicionalmente, pero no tengo relaciones todos los días con él, y eso es lo que cada vez me reclama…. Las demás cosas que hago por él y por mis hijos no las ve…. Parece que lo único que a él le importa es la relación conyugal….
»Quizá mi problema en la intimidad tenga algo que ver con el trauma que sufrí cuando tenía diez años. Mi tío me engañó para tener relaciones con él…. Me decía que… no avisara a nadie, porque, si lo dejaba, él se mataría.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»Su caso es muy trágico. ¡Nos entristece mucho! Hace muy bien en buscar ayuda.
»Usted dice que “quizás” el problema tenga que ver con el haber sufrido abuso cuando era niña. Ese abuso fue horrible de por sí, pero usted también fue engañada y amenazada por alguien que debió haber sido digno de confianza. Su tío hizo que en el cerebro de usted las relaciones sexuales se entrecruzaran con el temor, la vergüenza y el engaño. Con razón que usted ahora tenga sentimientos encontrados en cuanto a la relación conyugal con su esposo.
»Usted no dice que le haya contado a su esposo acerca de ese trauma de su niñez, así que tenemos que suponer que no lo ha hecho. No podemos imaginarnos que él le diría que es fría si supiera lo que le sucedió. Si él supiera, podría comprender mejor las emociones que usted siente. Le rogamos que le revele su secreto en seguida para que él le muestre más compasión.
»El apóstol Pablo escribió que los cónyuges no deben negarse la relación sexual entre sí como un aspecto bueno y saludable del matrimonio.1 Sin embargo, San Pablo no dijo específicamente la frecuencia con la que debieran tener esas relaciones íntimas. En vez de ser específico, él enseñó que hay una pauta. Es que todo esposo debe amar a su esposa tal como ama su propio cuerpo, dándole la misma prioridad a ella que se da a sí mismo.2 Tanto él como ella necesitan ciertas cosas, y lo que cada cual necesita tiene la misma importancia.
»Por lo tanto, a los esposos que aman a la esposa les interesan los sentimientos y las emociones de ella. Cuando la relación íntima que tienen no satisface a ninguno de los dos, debieran conversar al respecto en un ambiente amoroso, libre de condenación y burla. Si hay una razón de por medio, tal como una enfermedad o un suceso traumático del pasado, entonces hace falta ayuda profesional.
»Ciertos estudios demuestran que es muy probable que el abuso que usted sufrió la haya afectado mental y físicamente a largo plazo. Por eso creemos que usted debe buscar un consejero profesional que la ayude a superar el pasado y a progresar en el presente.»
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