Estudio del segundo capítulo del evangelio de Lucas, preparado por el Reverendo Armando García ULCM
Nacimiento de Jesús.
Versión Reina-Valera de 1995
1 Aconteció en aquellos días que se promulgó un
edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuera empadronado.
2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio
gobernador de Siria.
3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a
su ciudad.
4 También José subió de Galilea, de la ciudad de
Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de
la casa y familia de David,
5 para ser empadronado con María su mujer,
desposada con él, la cual estaba encinta.
6 Aconteció que estando ellos allí se le
cumplieron los días de su alumbramiento.
7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo
envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos
en el mesón.
Los ángeles y
los pastores
8 Había pastores en la misma región, que velaban
y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y se les presentó
un ángel del Señor y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron
gran temor.
10 Pero el ángel les dijo: —No temáis, porque yo
os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David,
un Salvador, que es Cristo el Señor.
12 Esto os servirá de señal: hallaréis al niño
envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
13 Repentinamente apareció con el ángel una
multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:
14 «¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra
paz, buena voluntad para con los hombres!»
15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de
ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:
—Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha
sucedido y que el Señor nos ha manifestado.
16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a
María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
17 Al verlo, dieron a conocer lo que se les había
dicho acerca del niño.
18 Todos los que oyeron, se maravillaron de lo
que los pastores les decían.
19 Pero María guardaba todas estas cosas,
meditándolas en su corazón.
20 Los pastores se volvieron glorificando y
alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había
dicho.
Presentación
de Jesús en el Templo
21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al
niño, le pusieron por nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el ángel
antes que fuera concebido.
22 Cuando se cumplieron los días de la purificación
de ellos conforme a la Ley de Moisés, lo trajeron a Jerusalén para presentarlo
al Señor
23 (como está escrito en la Ley del Señor: «Todo
varón que abra la matriz será llamado santo al Señor»), 24 y para ofrecer
conforme a lo que se dice en la Ley del Señor: «Un par de tórtolas o dos
palominos».
25 Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón.
Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu
Santo estaba sobre él.
26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo
que no vería la muerte antes que viera al Ungido del Señor.
27 Movido por el Espíritu, vino al Templo. Cuando
los padres del niño Jesús lo trajeron al Templo para hacer por él conforme al
rito de la Ley,
28 él lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios,
diciendo:
29 «Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra,
30 porque han visto mis ojos tu salvación,
31 la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 luz para revelación a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel».
conforme a tu palabra,
30 porque han visto mis ojos tu salvación,
31 la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 luz para revelación a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel».
33 José y su madre estaban maravillados de todo
lo que se decía de él.
34 Los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: —Éste
está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal
que será contradicha
35 (y una espada traspasará tu misma alma), para
que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de
Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada. Había vivido con su marido
siete años desde su virginidad,
37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no
se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.
38 Ésta, presentándose en la misma hora, daba
gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en
Jerusalén.
El regreso a Nazaret
39 Después de haber cumplido con todo lo
prescrito en la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40 El niño crecía y se fortalecía, se llenaba de
sabiduría y la gracia de Dios era sobre él.
El niño Jesús en el Templo
41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén en
la fiesta de la Pascua.
42 Cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén
conforme a la costumbre de la Fiesta.
43 Al regresar ellos, acabada la Fiesta, se quedó
el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supieran José y su madre.
44 Pensando
que estaba entre la compañía, anduvieron durante un día, y lo buscaban entre
los parientes y los conocidos;
45 pero como no lo hallaron, volvieron a
Jerusalén buscándolo.
46 Aconteció que tres días después lo hallaron en
el Templo, sentado en medio de los doctores de la Ley, oyéndolos y
preguntándoles.
47 Y todos los que lo oían se maravillaban de su
inteligencia y de sus respuestas.
48 Cuando lo vieron, se sorprendieron. Su madre
le dijo:
—Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te
hemos buscado con angustia.
49 Entonces él les dijo:
—¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los
negocios de mi Padre me es necesario estar?
50 Pero ellos no entendieron lo que les dijo.
51 Descendió con ellos y volvió a Nazaret, y les
estaba sujeto. Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
52 Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en
gracia para con Dios y los hombres.
EL
NACIMIENTO Y NIÑÉZ DE JESÚS
El segundo capítulo de Lucas tiene un mensaje hermoso:
Dios lo hace todo con un propósito claro y definido; y haremos bien en identificar
esto, creerlo y confiar en que también en nuestras vidas el Señor tiene un plan
que está desarrollando, cuya meta es Su gloria (no la nuestra), la cual se verá
magnificada por medio de nuestro crecimiento y semejanza al carácter y
pensamiento de nuestro Salvador Jesucristo.
Versículo 1. “Augusto” significa de los dioses.
Versículo 4. Este versículo es clave para entender que
el nacimiento del Salvador Jesucristo no era algo fortuito: estaba profetizado
por el Señor cientos de años antes. Por ejemplo, nos dice Miqueas 5:2 que debía
nacer en Belén;
Pero tú, Belén Efrata,
tan pequeña entre las familias de Judá,
de ti ha de salir el que será Señor en Israel;
sus orígenes se remontan al inicio de los tiempos,
a los días de la eternidad.
tan pequeña entre las familias de Judá,
de ti ha de salir el que será Señor en Israel;
sus orígenes se remontan al inicio de los tiempos,
a los días de la eternidad.
Vemos en la promesa de Dios a David en 2 Samuel
7:12-16 que el Salvador vendría de su linaje;
Y
cuando tus días se hayan cumplido y duermas con tus padres, yo levantaré
después de ti a uno de tu linaje, el cual saldrá de tus entrañas, y afirmaré su
reino. 13 Él edificará una casa para mi nombre, y yo afirmaré para
siempre el trono de su reino. 14 Yo seré padre para él, y él será
hijo para mí. Si hace mal, yo lo castigaré con vara de hombres, y con azotes de
hijos de hombres; 15 pero no apartaré mi misericordia de él como la
aparté de Saúl, a quien quité de delante de ti. 16 Tu casa y tu reino
permanecerán siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable
eternamente.’”»
En Isaías 9:1-2 declara que el Salvador ministraría en
Nazaret y seria llamado nazareno.
Mas
no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la
aflicción que le vino en el tiempo en que livianamente tocaron la primera vez a
la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el
camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
2 El
pueblo que andaba en tinieblas
vio gran luz;
a los que moraban en tierra de sombra de muerte,
luz resplandeció sobre ellos.
vio gran luz;
a los que moraban en tierra de sombra de muerte,
luz resplandeció sobre ellos.
José, sin saberlo estaba cumpliendo las profecías,
conforme a la voluntad de Dios. Aun el hecho del llamado del emperador Augusto
Cesar a empadronar a las personas, era usado por Dios para el cumplimiento de
su voluntad, pues causó que José vaya a Belén junto con su esposa, que estaba
por dar a luz. Dios cumple su palabra moviendo y dirigiendo las
situaciones, eventos de la historia y a las personas para que ejecuten sus
propósitos.
Una
noche gloriosa, pero de contrastes
Lucas 2:6-15 nos muestra la escena del nacimiento de
nuestro Señor: un momento glorioso, único para la raza humana, pues nacía en
nuestro mundo el Único que podía librarnos de la maldición y la condenación del
pecado. Este era un momento épico, único; sin embargo está marcado de fuertes
contrastes que deben dejarnos una gran lección. Versículo 8. Eran posiblemente
los pastores del templo que cuidaban a las ovejas usadas para los sacrificios.
El nacimiento de Cristo fue sorpresivo, tanto que no
hallaron sitio donde alojarse y María tuvo que dar a luz en un humilde pesebre.
Este no es un lugar digno del Rey de reyes porque es pequeño, oscuro, humilde.
Debió ser recibido por los reyes de la tierra, pero fue recibido por humildes
pastores; sin embargo, los ejércitos de los cielos le alabaron, los ángeles lo
anunciaron, y sabios del lejano oriente le ofrecieron sus presentes.
El Rey de Reyes, Jehová de los Ejércitos, Dios el Hijo
nacía en la tierra como un niño humilde, proveniente de una familia humilde,
envuelto en pañales en un humilde pesebre. Alabado por ángeles, recibido por
pastores. Envuelto en carne humana, pero Dios todopoderoso. Que tremenda
lección de humildad y sacrificio de amor el que Dios hizo por nosotros. Y
es que la humildad y escasez no significa que Dios no obre; pues Dios obra aun
en medio de la escasez, humildad, “pequeñez”. Aun en las cosas más sencillas,
Dios está obrando su perfecta voluntad.
Versículo 14. Algunos traducen éste versículo, “paz a
los hombres aprobados por Dios”: Isaías
57:20-21;
Pero los impíos son como el mar en tempestad,
que no puede estarse quieto
y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21 «¡No hay paz para los impíos!»,
ha dicho mi Dios.
que no puede estarse quieto
y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21 «¡No hay paz para los impíos!»,
ha dicho mi Dios.
Y Juan 14:27
»La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como
el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.
En Lucas 2:19-52 vemos otro aspecto del desarrollo del
plan de Dios en la vida de su Hijo Jesucristo. Habría de ser llamado Jesús, que
proviene del hebreo Yeshua, que significa “Yahveh o Jehová es salvación”. De
Dios es la salvación, no del hombre; y el nombre mismo de nuestro Salvador lo
dice. Su familia cumplió los requisitos de la ley con la circuncisión y la
ofrendas por el pecado y la expiación, tal como estaba establecido para todo
judío. Vemos la condición humilde que tenían porque ofrecieron tórtolas y no un
cordero, licencia que se le daba a las familias pobres, leamos: Levítico
5:11.
»Pero
si no tiene lo suficiente para dos tórtolas o dos palominos, el que pecó
presentará como ofrenda por el pecado la décima parte de un efa de flor de
harina. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, pues es un
sacrificio de expiación.
Algo que vemos aquí es que, si bien es cierto Dios
obra en medio de las situación comunes y normales de la vida, no lo hace a
ocultas o de tal manera que el hombre no la pueda reconocer. Nuestro Dios se
proveyó de dos testigos fieles, Simeón y Ana la profetisa, quienes fueron los
primeros evangelistas de las buenas nuevas del Señor.
Versículo 24. El sacrificio de las codornices indica
la pobreza de José y María, puesto que el sacrificio debería ser un cordero.
Versículo 34. La caída de Israel ya pasó. Ahora es
tiempo de levantarse otra vez.
Versículo 35. Simeón profetizó sobre el dolor que
María sentiría en la crucifixión de su Hijo.
Versículos 48-49. Cuando María se refirió a José como
“tu padre”, Jesús tiernamente le recordó que estaba haciendo la obra de Su
Padre. También, vemos al niño Jesús crecer como un niño normal, pero a la vez
excepcional.
En el verso 49, luego que sus padres lo encontraran,
Jesús responde con todo respeto pero claridad absoluta a sus padres
terrenales: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi
Padre me es necesario estar?”. Su padre terrenal lo buscaba, pero Jesús
estaba en los negocios de Su padre celestial. Ya Jesús era consciente de su
relación única con Dios, de que era el Unigénito Hijo de Dios. Tenía doce años,
y según la cultura judía entraba a la adultez y era considerado un “hijo de la
ley”, y tenía que cumplir todas las obligaciones de la Ley de Dios. Estaba
enfocado en su misión, preparándose, aprendiendo de la Palabra de Dios y
creciendo en gracia y sabiduría. Eso no quita que dejara de cumplir sus
obligaciones, pues vemos que se sujetó en todo momento a sus padres terrenales,
pero tenía claro que su prioridad era Su padre celestial y el cumplir su
voluntad. Y es que Dios quiere cumple su voluntad en sus hijos, y esto no
excluye el cumplimiento de las obligaciones comunes a todo ser humano. Lo
sobrenatural no excluye lo natural. La voluntad especifica de Dios para cada
persona no contradice ni excluye la voluntad revelada de Dios en su Palabra.
Conclusión
En este capítulo se hace referencia por lo menos siete
veces a cosas que debían suceder “conforme” a la Ley de Dios o a su voluntad.
Se encuentran salpicadas entre el viaje de José, el alumbramiento de María, el
nacimiento y crecimiento de Jesús. Vemos a Dios obrar en medio de la rutina de
la vida diaria, en medio del testimonio de testigos, en medio de escasez, en
medio de problemas incluso. Dios obra de una manera sutil, inteligente,
constante: el hecho de que no sea muchas veces espectacular y rimbombante no
significa que no haya un plan. Dios tiene un plan, lo ha venido desarrollando
desde el primer día de la creación, hoy lo sigue desarrollando y lo culminará
con la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo en gloria, para juzgar a los
pecadores y dar la recompensa a sus santos, y en la creación de un nuevo cielo
y una nueva tierra donde no exista el pecado y Dios viva con su pueblo en
perfección por toda la eternidad.
¿Puedes creer que Dios tiene un plan con tu vida?
¿Puedes creer que el Señor lo tiene todo bajo control, aun en medio de las
cosas aparentemente comunes de la vida? Porque ese es el mensaje de este capítulo:
Dios obra para su propia gloria por medio de la salvación del ser humano. Para
ello envió a su Hijo, humilde y poderoso a la vez, manso y sabio, un hombre
aparentemente común, pero el Unigénito Hijo de Dios, digno de toda honra y
gloria. Que nuestra vida tenga el privilegio de ser parte del desarrollo del
plan de Dios y que su voluntad sea hecha y prosperada en nuestras vidas.
“Mas el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os
doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy, en
la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Y esto os será por señal; hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lucas 2:10-12)
Y esto os será por señal; hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lucas 2:10-12)
“Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, lleno
de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre Él” (Lucas 2:40)
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en
gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52)
Amen!
No hay comentarios:
Publicar un comentario