Por Palabras de Fe
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, sera amado por mi Padre, y yo le amare, y me manifestare a el” Juan 14:21
Es la obediencia, la puerta de la felicidad del hombre y el secreto de una vida fructifera en El Señor. Esto es posible, si entendemos que estamos obedeciendo a aquel que ha demostrado ser digno de toda nuestra confianza.
La obediencia requiere que el hombre reconozca a Dios como su Señor. Somos su creacion y dependemos de El. Ella determina la relacion correcta entre Dios y el hombre; Creador y criatura; Diseñador y diseño; Padre e hijo. Razon por la cual, todo aquel que descubre esta llave, podra abrir la puerta a ilimitadas posibilidades de vida plena, victoriosa y llena de poder.
Podemos decir que la caracteristica predominante del mundo actual, y el factor comun en todos los problemas de la sociedad humana se llama rebeldia (desconocimiento y falta de disposicion para seguir las instrucciones dadas por nuestro Creador, para el funcionamiento armonico del universo). Es por esto que la obediencia se convierte en la más grande demanda de Dios en su Palabra.
Los principios que rigen nuestra vida espiritual definen: una vida de victoria y poder si nos sujetamos a ellas, o una vida de continuos fracasos y frustraciones si no lo hacemos. El amor, no solo son bellas palabras, sino compromiso y conducta. La desobediencia puede ser motivada por la desconfianza, por eso es necesario aprender a entregar completamente nuestras vidas a El, pues El, que nos creo, conoce mejor que nosotros el proposito para el cual nos hizo y nos ama incondicionalmente. El amor en obediencia a El es mas que una simple sensacion de afecto: es una actitud que se revela en nuestras acciones.
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